Un elevado consumo de alimentos ultraprocesados reduce la salud cardiosvascular

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Una nueva investigación a cargo de expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en EEUU vuelve a poner encima de la mesa el debate sobre la conveniencia de reducir el consumo de alimentos ultraprocesados ya que los investigadores han encontrado una relación entre su consumo y una disminución de la salud cardiovascular general.

El trabajo de los investigadores, que será presentado en la ‘American Heart Association’s Scientific Sessions 2019’, concluye, tras analizar datos de 13.446 adultos mayores de 20 años, que por cada aumento del 5 por ciento en las calorías de los alimentos ultraprocesados que come una persona, hay una disminución correspondiente en la salud cardiovascular general.

En concreto, los adultos que consumieron aproximadamente el 70 por ciento de sus calorías de alimentos ultraprocesados tenían la mitad de probabilidades de mantener una salud cardiovascular ‘ideal’, en comparación con las personas que consumieron el 40 por ciento o menos de las calorías provenientes de alimentos ultraprocesados.

Siempre, teniendo en cuenta el indicador de la American Heart Association denominado Life’s Simple 7, que considera que la salud cardiovascular es buena si se cumplen siete parámetros: mantenerunos niveles adecuados de presión arterial, colesterol y glucosa en sangre, evitar el hábito tabáquico, adherirse a una dieta equilibrada, mantener un peso corporal saludable y hacer ejercicio.

¿Qué son los alimentos ultraprocesados?

Los alimentos ultraprocesados son preparaciones industriales elaboradas a partir de sustancias derivadas de otros alimentos que incluyen largas listas de aditivos (conservantes, colorantes, edulcorantes o potenciadores del sabor), con muy poco valor nutricional, que tienen un contenido rico en grasas, azúcar o sal y aportan, como es obvio, una cantidad ingente de calorías.

El problema es que cada vez más ocupan un lugar preferencial en nuestra lista de la compra. Ya sea por su sabor, por cuestiones de tipo económico o como consecuencia de un estilo de vida que rara vez nos permite un respiro para enfrentarnos con calma a los cuatro fogones, lo cierto es que suponen una solución fácil. No exenta de consecuencias, como hemos comentado con anterioridad.

(iM-rrc)

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