Sistema inmune: que las enfermedades no te encuentren

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¿Te acuerdas cuando jugabas a las escondidillas? -Era emocionante que no te encontraran, ¿cierto?- . Sin embargo, lo mejor, era tener la estrategia perfecta para llegar a “la base” sano y salvo. Cuando somos niños casi todo se torna como si fuera un juego, luego la vida se va poniendo más seria y nos llenamos de diferentes tipos de actividades, por lo que resulta una buena idea retomar ese espíritu divertido que dejamos atrás.

Imagina que las enfermedades, los virus y las bacterias son “el enemigo” (los antígenos). Pues bien, aunque no te expongas a situaciones de contagio es importante, llegar a “la base” te hará ganar el juego ¿verdad? La estrategia para que eso ocurra es tener un sistema inmune fuerte porque es él quien trabaja para reconocer y eliminar a esos antígenos.

Conforme van pasando los años, no solo nosotros jugamos cada vez menos, también nuestro sistema inmunológico cambia y su desarrollo se va ralentizando. Para ser más específicos, se vuelve más lento para responder, lo que incrementa el riesgo a enfermarnos; por ejemplo, en algunas ocasiones las vacunas antigripales u otras, no funcionan tan bien y no protegen igual a niños que a adultos. Estos cambios afectan a la inmunidad innata y adaptativa, pero por suerte en el juego de la salud, todos somos un equipo. A través de la alimentación, podemos reforzar la inmunidad pasiva para regresar a “la base” y esto aplica a todas las edades.

Lo básico entonces es que según vayamos creciendo prestemos más atención a la nutrición. A través de la alimentación podemos reforzar el sistema inmune y prevenir o combatir las enfermedades. Estudios científicos especializados, demuestran que las vitaminas, minerales y los elementos traza, son elementos esenciales para la integridad y el perfecto funcionamiento del sistema inmunitario. Micronutrientes como la vitamina A (beta-caroteno), ácido fólico, vitamina B6, vitamina B12, vitamina C, vitamina E, hierro, zinc, cobre y selenio, modulan el efecto de los antígenos e influyen en la susceptibilidad de nuestro cuerpo en el momento de sufrir infecciones. (iM-rrc)

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