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A partir de 2000, México registró un incremento de 27 por ciento en la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, mientras que en los últimos 10 años la temperatura promedio de la nación se incrementó en 6 por ciento, situación que a decir de los expertos coloca al país en una situación de emergencia climática y ambiental, cuyos costos ya se ven reflejados en la economía, pues se estima que esta situación representa un impacto anual de hasta 4 por ciento del PIB.
Según datos del Inventario Nacional de Emisiones de Gases y Compuestos de Efecto Invernadero (INEGYCEI) del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), en 2000, México emitió a la atmósfera 536.41 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (MtCO2e), cifra que hacia 2015 registró un incremento acumulado de más de 20 por ciento al alcanzar los 682.96 MtCO2e.
Por otro lado, la temperatura promedio de nuestro país pasó de 21 grados centígrados en 2010, a 22.2 grados al cierre de 2018, según datos del Servicio Meteorológico Nacional de la Comisión Nacional del Agua, es decir, en tan sólo una década la temperatura media de México aumentó 6 por ciento.
“El cambio climático se debe principalmente a las emisiones de efecto invernadero que se vierten sobre la atmósfera y que tienen un impacto significativo en los ecosistemas, poniendo en riesgo a las especies de plantas, animales y al mismo ser humano”, dijo Daniel Chacón, experto de la Iniciativa Climática de México (ICM).
Esta situación ya prendió los focos rojos en el Congreso de la Unión, pues el Senado propuso un punto de acuerdo para exhortar al Poder Ejecutivo Federal para que, con base en sus facultades constitucionales, “emita una declaratoria de emergencia climática en México y adopte de inmediato las medidas necesarias y congruentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, conforme a lo establecido por la Ley General de Cambio Climático, el Acuerdo de París y la Ley de Transición Energética”, indica el documento fechado el pasado 2 de septiembre.
El Senado también pidió al Ejecutivo acciones para fortalecer la participación de las fuentes de energías renovables; para proteger, nutrir y mejorar suelos, cuencas hídricas, bosques y mares para que puedan absorber los gases de efecto invernadero para estimular una producción de alimentos sana, sostenible y culturalmente adecuada; para estimular y practicar un consumo responsable y local con la finalidad de reducir la huella de carbono lo más posible bajo modelos de producción ambientalmente eficientes.
Se estima que 68 por ciento de las emisiones globales provienen principalmente de 10 países y México contribuye con 1.68 por ciento del total.
“Muchos organismos internacionales han señalado que a nuestro planeta sólo le quedan 11 años para transformar su manera de relacionarse con la naturaleza y cambiar hábitos de producción y consumo, y si no se hace vamos a llegar al punto de no retorno, es decir que los cambios que estamos generando en el planeta y sus ecosistemas van a estar totalmente trastocados y no podrán restablecerse ni restituirse si no hacemos algo antes de 11 años”, afirmó la senadora que también impulsa la campaña “Paremos nuestra extinción”, cuyo objetivo es concientizar a la sociedad para aminorar el impacto en el medio ambiente. (iM-rrc)