Redacción
Tapachula, Chis; ABR. 17 (interMEDIOS).– La lucha de la candidata a la diputación federal por el Distrito XII, Rosy Urbina, es doble: contra el olvido y contra la resignación. Promete, con el fervor de quien ha visto demasiado y aún espera ver más, ser la voz de los necesitados, de los que no son escuchados en el Congreso.
Representar en el Legislativo a los habitantes de la frontera sur es su objetivo en este diario caminar, luchando contra una sociedad que muchas veces prefiere mirar a otro lado.
Hoy visitó casas del fraccionamiento Bonanza y vio en las miradas de las mujeres que caminaron a su lado, un destello de esperanza, un susurro de que el cambio es posible.
Bajo los 37 o 38 grados de calor que flagelan a Tapachula, Rosy Urbina sigue su campaña y la intensifica, escribiendo a cada paso su propio relato político. Hoy pidió el voto “6de6” para legisladores locales y Federales Senaduria, alcaldías, la gubernatura y la presidencia de México.
En el brigadeo, casa por casa, calle por calle, Urbina caminó con la determinación de que sí es posible trabajar más el campo, en el sector pesquero y para darle voz a las mujeres que aún sufren discriminación y violencia al tiempo de hacer de la frontera un corredor industrial y turístico.
Su campaña se teje entre la crudeza y la belleza, narrando la vida de aquellos que, pese a todo, se aferran a la posibilidad de un cambio. Ella escucha cada palabra, cada suspiro de sus futuros votantes, esos seres marcados por la dureza de la vida fronteriza.
Urbina, que pidió el voto para Eduardo Ramírez Aguilar que busca la gubernatura y para Claudia Sheinbaum que aspira la presidencia de México, recoge en cada lugar los ecos de las voces que claman por ser escuchadas, por ser salvadas del olvido. (iM-rrc).