Chris Nikic, el Nuevo Héroe de Florida

©JC Vargas

El atleta de 21 años se convirtió en el primer competidor con síndrome de Down en terminar un Ironman.

Cuando Nik y su esposa Paty se enteraron de que su hijo tenía síndrome de Down, los médicos del hospital en Maitland, Florida, les explicaron que el pequeño Chris tendría una vida complicada. Los papás escucharon una larga lista de todas las cosas que su hijo no podría hacer: le costará trabajo aprender a caminar, entenderá las cosas con dificultad, buscará el aislamiento y no podrá hacer trabajos agotadores.

Chris Nikic tenía otros planes. A los 21 años, el jovencito estadunidense se convirtió en el primer atleta con síndrome de Down en convertirse en Ironman. Sucedió el pasado 8 de noviembre en la prueba de Florida, donde Chris llegó a la meta con un tiempo de 16:46.09 horas luego de recorrer 3.8 kilómetros a nado, 180 kilómetros en bici y la maratónica prueba pedestre de 42.195 kilómetros.

Chris fue un niño enfermizo y aprendió a caminar hasta los cinco años. Poco a poco se fue incorporando a la escuela y estaba acostumbrado a jugar solo en casa. Creció bajo la protección y cuidado de su familia, sólo que a su padre Nik le preocupaba que el jovencito viviera aislado toda su vida.

Antes de que Chris cumpliera la mayoría de edad, Nik le preguntó:

-Dime qué te gustaría hacer. Algo que te haga muy feliz.

-Quiero hacer un triatlón.

Nik no esperaba tal respuesta. Él se imaginaba que el adolescente le pediría una consola de juegos o visitar alguna ciudad. Lo dudó por un momento, recordando la larga lista de contravenciones de los médicos y por el temor de que demasiado ejercicio afectara la salud de aquel joven por su alteración genética.

La respuesta apareció en el rostro de Chris, quien dibujó una sonrisa y le pidió a su papá que le enseñara a nadar, a andar en bici y a correr como los demás chicos de aquel poblado en Florida. Chris era el único de su entorno que no entendía por qué no podía hacer lo que hacen los demás.

Un triatlón sprint tiene sus dificultades, pero no se compara con un Ironman. El primero consta de 750 metros de nado, 20 kilómetros en bici y cinco kilómetros de trote. Así que Nik y Paty decidieron que su hijo se inscribiera en un deportivo para aprender dichas disciplinas y entrenar lo suficiente para completar la prueba. No importaría si desistiera en el camino.

Chris Nikic no tenía nada que perder. Aprendió, poco a poco, a nadar, a subirse a la bici y a correr sin fatigarse. Lo que llamaba la atención a los padres era la disciplina y el entusiasmo durante el entrenamiento. La coach Simone les advirtió que serían entrenamientos largos. Chris no se rindió.

Terminó el triatlón sprint. Luego siguió con la distancia olímpica (mil 500 metros de nado, 40 kilómetros en bicicleta y 10 kilómetros de carrera). Después, volteó al medio Ironman, aunque la pandemia del covid-19 suspendió la prueba. Chris quería más, había entrenado durante meses, con cuatro horas de promedio al día, y quería mantenerse en lo que realmente lo hacía feliz. Se enteró que se acercaba el Ironman de Florida (8 de noviembre) y quería formar parte de aquella experiencia.

Nik le explicó que las distancias en un Ironman no son para cualquiera y que hay un límite de 17 horas para terminarlo. No importa cuánto te esfuerces, si llegas un minuto más tarde, ya no serás un Ironman.

El joven con síndrome de Down se puso de pie frente a un auditorio de mil personas en la Conferencia Nacional de Ventas de HMH. Faltaban semanas para la competencia de Florida y la gente estaba interesada en conocer un poco de aquel atleta de 21 años que quería convertirse en Ironman.

Vestido con camisa y corbata, tomó el micrófono y, un poco titubeante, comenzó su discurso: “Hola, me llamo Chris Nikic, tengo 21 años y disculpen mi acento, pues tengo síndrome de Down. Mi hermana Jacky me enseñó que todos tenemos limitaciones, pero yo las he vencido poco a poco. A los cinco meses me hicieron una operación a corazón abierto, a los tres años necesité andadera para caminar y a los 12 mi cuello era más grande que mi cabeza. A los 17 años tuve cuatro intervenciones en un oído. Y siempre salí adelante. Tardé seis meses en aprender a andar en bicicleta, pero mi coach me enseñó a poner el 1% extra cada día. Mis tiempos en la natación fueron bajando, la bici se hacía ligera y ya no me cansaba tanto correr, algo que en realidad era mi pesadilla. Aunque lo realmente pesado fue que amo la comida, los videojuegos y mi coach quiere que coma menos y entrene más. Fui a los nacionales para atletas especiales, comencé a bajar de peso y a seguir con el 1% extra en mis entrenamientos, cada día. Quiero convertirme en el primer Ironman con síndrome de Down. ¿Cómo lo celebraré? Iré a una discoteca e invitaré a un montón de chicas rubias y fumadoras”.

El 8 de noviembre, Chris Nikic se asomó en la línea de salida del Ironman de Florida en compañía de Dan Grieb, quien ha completado 16 veces la prueba y entrenó en los últimos meses al jovencito. Sería su guía en la comptencia.

Durante los entrenamientos, Chris se cayó de la bici y tuvieron que darle 14 puntos en la cabeza. Así que lo mejor fue que estuviera acompañado por un experto.

En sus marcas. Los 3.8 kilómetros en mar abierto Chris los nadó en 1:54.39 horas. Otro estadunidense llamado Chris Leiferman lideró el nado en tan sólo 54 minutos, una hora menos que Nikic. La británica Katrina Mattheus lo hizo en 58.

Las cámaras seguían a los líderes de la competencia, quienes buscaban un boleto para la prueba reina en Kona, Hawai. Algunos curiosos siguieron a Chris, quien sonreía ante los desconocidos.

La etapa en la bicicleta le costó al competidor con síndrome de Down hacerla en 8:12.37 horas, llevaba más de 10 horas en la competencia y el cansancio se asomaba. A estas alturas del Ironman, Chris Leiferman había sido el vencedor en la rama varonil (7.52.44 horas) y Katrina Mattheus en la femenil (8:46.50 horas).

A Chris Nikic lo alcanzó la noche en la carrera a pie. Amenazó con renunciar a su sueño y su entrenador-guía tuvo que abrazarlo en repetidas ocasiones para quitarle el estrés. Ambos recordaban que sólo tenía 17 horas para cruzar la meta.

Nikic tardó seis horas y 18 minutos en correr el maratón. Se asomó a la meta a 14 minutos de que se cerrara la meta y su esfuerzo se esfumara. Los nervios de Paty y Nik, sus padres, se transformaron en llanto y alegría al escuchar las palabras del locutor de la carrera: “¡Chris Nikic, tú eres un Ironman!”

Nik le vuelve a preguntar a Chris qué quiere hacer para mantenerse feliz. El atleta con síndrome de Down sonríe y le responde: “Quiero una casa y casarme con una  mujer rubia de Florida. También quiero hacer el Ironman en Kona”. (iM-rrc)

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