El trasfondo de los fideicomisos del Poder judicial.
Siguiendo las órdenes del presidente, sus diputados decidieron desparecer 13 fideicomisos del Poder Judicial de la Federación, un acto que fue calificado por los propios trabajadores como una expropiación de sus derechos; el gobierno pretende agandallarse un dinero que no es público, sino el resultado de aportaciones de sus jornadas laboradas, utilizadas para el pago de pensiones, apoyo médico y seguridad social.
La narrativa embustera del gobierno se basa en que, esos dineros sólo son privilegios de la élite judicial; los cuales serán destinados para obras, servicios y para ampliar la cobertura de los programas sociales.
Si algo ha dejado en claro este gobierno, es que su principal preocupación y acción, no es velar por la seguridad, la salud, la educación o el desarrollo del país, sino repartir dinero en efectivo y hacer campañas; les urge ver de dónde sacan más dinero, porque ya se acabaron los fondos de estabilización económica y la lana de los otros fideicomisos que también desaparecieron sin rendirle cuentas a nadie. Parece que la construcción interminable de sus magnas obras, son la coartada perfecta para la justificación del desvío millonario de recursos públicos.
Qué casualidad que justo cuando inicia el proceso electoral, surge la idea de que esos recursos sean destinados para las pensiones de los jubilados; Más bien, lo que necesitan son votos, porque todas las ayudas sociales son condicionadas a cambio de que los beneficiarios voten por sus candidatos; ¿acaso toda la grosera y ofensiva publicidad que han tirado por todo el país es gratis? Claro que no.
También han dicho que con esos recursos construirán 5 hospitales, aunque los dos hospitales que se supone iban a construir con el dinero de la venta del avión presidencial ni siquiera los han levantado.
Estos fideicomisos han existido desde hace muchos años, pero mientras su aliado Arturo Zaldívar presidió el poder judicial, esos fideicomisos no eran un tema de privilegios.
El trasfondo de esta iniciativa, es la búsqueda del dominio del poder ejecutivo sobre el poder judicial. Al presidente le estorba un poder independiente, no quiere un contrapeso que vele por el orden constitucional. La Corte le ha tirado casi todas sus reformas al ejecutivo, la militarización de la Guardia Nacional, su plan B electoral y la inoperatividad del INAI principalmente. Recortarle el presupuesto es una manera de querer diezmarlo.
Para su mala fortuna, el presidente y sus lacayos se metieron con el enemigo equivocado; una vez más perderán esa batalla y lo único que habrán ganado, hablando de tiempos electorales, es una buena cantidad de votos en contra.
Si con mayorías simples en el Congreso de la Unión esto hacen Morena y sus aliados, ¿que no harían si llegasen a ganar la mayoría calificada en ambas Cámaras?. Su candidata Sheinbaum ha dicho que de ganar la elección del 2024, modificarán la Constitución para nombrar a jueces y magistrados por voto popular; lo que equivaldría a implantar un régimen sin contrapesos, militarizado, sin rendición de cuentas, con elecciones manipuladas; dando paso así a la desaparición de la República, los derechos y las libertades de los mexicanos.