Sin transparencia no puede haber confianza
En toda organización social, la transparencia de los actos de quienes están al frente, es lo que la fortalece y garantiza su permanencia en el tiempo porque genera confianza entre sus integrantes y si de dinero se trata, su manejo transparente las engrandece aún más.
Por eso, los países verdaderamente democráticos crean mecanismos de transparencia, para que los ciudadanos puedan tener acceso a la información de cualquier acto de su gobierno, que les genere certeza de que sus impuestos están siendo bien manejados a favor del interés general.
No se puede hablar de democracia, cuando un gobierno le niega a sus gobernados el derecho al acceso a la información pública. Cerrar los canales de información, o lo que es peor, querer monopolizar la versión de los hechos y del ejercicio administrativo es un acto de antidemocracia absolutista.
No basta con escuchar todos los días una sola voz, una sola versión o la explicación e interpretación de los propios funcionarios. Los ciudadanos no debemos conducirnos con la pura fé y la confianza a ciegas; tenemos todo el derecho de investigar y solicitar pruebas fehacientes de los actos del gobierno. Necesitamos contar con instituciones que nos garanticen la verdad y la evidencia documental de los hechos.
Ahora resulta que después de tantos años de haber funcionado eficazmente el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, el INAI, ya no sirve, que sólo ha funcionado como fachada para ocultar los actos de corrupción de los gobiernos anteriores, cuando ha sido este instituto el que ha puesto al descubierto las actuaciones de quienes han desviado recursos públicos en este país.
Nos estamos aproximando al final del sexenio y hoy más que nunca el INAI no puede desaparecer. Segalmex podría convertirse en la piedra angular de la pérdida de la confianza entre los mexicanos.