Patrimonio y educación, generadores del fastidio nacional.
Con el patrimonio y los hijos, son dos cosas con las que nadie debería meterse, porque cualquiera que los vea amenazados estará dispuesto a defenderlos con garras y dientes; como verdaderos animales que somos; y nos es que se esté perdiendo la razón al contario, la razón siempre la tendrán todas aquellas personas que con tanto esfuerzo y sacrificio día a día se enfrentan a la vida para construir algo que les dé seguridad a sus hijos.
Tener un patrimonio y que los hijos puedan acceder a una educación efectiva que les permita realizar sus sueños, sin duda es lo más valioso que todo padre o madre puede atesorar.
Muchos ya han sido afectados en sus bienes porque el país está literalmente en llamas; desde el norte hasta el sureste y la península; en cualquier nivel social o sector productivo el cobro de piso, las extorsiones, los levantones, las desapariciones, los secuestros, los asaltos o el despojo se han convertido en el pan de cada día.
La situación ya es tan delicada, que está obligando a que grupos sociales tanto en las ciudades como en las comunidades rurales, se estén organizando para tomar las armas y formar grupos de autodefensa, como los transportistas en el centro y el Estado de México o los zapatistas del sur en Chiapas; quienes ante el avance y dominio de los grupos criminales pretenden auto-protegerse porque no existe un gobierno que les brinde paz y seguridad.
Si las autoridades siguen negando los niveles de violencia y no se atiende a tiempo esta situación, lo único que pasará es que se esté formando un delicado ambiente de crisis social, que en el peor de los escenarios, podría germinar en una indeseable guerra civil entre entes del caos y civiles productivos.
Pero además de estar perdiendo sus bienes, muchas familias también están preocupados por lo que el gobierno de la dichosa transformación, pretende hacer de sus hijos con su política educativa de la nueva escuela mexicana; con una enseñanza ideologizada que incentiva precisamente la confrontación social y la lucha de clases, reescribiendo erróneamente la historia de México, con la finalidad de formar personas manejables sin criterio, sin libertad de pensamiento, casi esclavos, que les permita creer eternamente en una paupérrima y retrógrada transformación, donde su única opción será el ser dependientes de las dádivas de programas sociales, obtener alguna beca o estudiar en las supuestas universidades Benito Juárez, porque la otra opción, será que terminen siendo reclutados por la delincuencia organizada como ya está sucediendo.
Perder el futuro de nuestros hijos y todo lo que nos ha costado construir con tanto sudor y lágrimas, puede estar conduciéndonos al fastidio nacional. ¿estarán dispuestos los mexicanos a quedarse con los brazos cruzados?. No creo que sea recomendable tomar la ruta de la vía armada, creo que aún se puede utilizar la democracia como forma de enderezar el rumbo de este país. (iM-rrc).