Por: Jose Luis Gálvez Gómez
Politólogo
Viejas alianzas de poder.
Las grandes compañías televisoras en México, nacieron a la sombra del poder y siempre sirvieron a los intereses de los gobiernos en turno. Televisa y hoy TV Azteca, se han caracterizado por ser siempre grandes aliados de la élite política.
Incluso, han sido las principales promotoras electorales en las campañas de todos los candidatos, pero no solo de los presidenciables, sino también de gobernadores y presidentes municipales de las ciudades más importantes de toda la geografía nacional.
Le apuestan y le invierten a cualquier candidato; de allí nacen grandes compromisos de poder económico y político. Como toda buena empresa, ellas nunca pierden y cuando ven mermadas sus ganancias o entran en complicaciones con el poder, se convierten en las más convincentes aliadas o en las más despiadadas críticas a través de sus voceros.
Son tendenciosas, manipuladoras, interesadas y obviamente negociadoras. Se mueven como en la política, de acuerdo a sus intereses, por ello, han sido las grandes difusoras de la información oficial de los gobiernos y generan a través de sus programas estúpidos y vacíos, procesos de sombificación colectivos en México.
A pesar de haber sido duramente criticadas por el otrora candidato de la esperanza, hoy Presidente de México, dichas empresas han tomado nuevamente su lugar y han vuelto por sus cotos reafirmando sus alianzas de poder con el nuevo gobierno que se califica así mismo de honesto y diferente.
Hoy, han suscrito un convenio de colaboración e impulso para la difusión de la educación pública en México, justificado en el aislamiento que debemos tomar todos ante la pandemia del covid 19, que dicho sea de paso, hoy estamos contabilizando más de 52 mil muertos y no hay para cuando esta tendencia disminuya, a pesar del desgastado, cínico e irreal discurso del Presidente, quien sostiene que el trato hacia la pandemia ha sido profesional y que la curva se ha aplanado y sí se ha aplanado, sólo que en su punto más alto.
Dicho convenio pone pues de manifiesto como siempre, las alianzas de poder entre las televisoras y el Gobierno en turno, sólo que ahora con un alto grado de intromisión en las tareas públicas y en un tema sumamente delicado e importante como lo es la educación pública de los ciudadanos mexicanos del futuro.
Esta alianza de poder entre la 4T y las televisoras, indudablemente ya empezó a dar sus benéficos resultados a corto plazo, después de la firma del convenio, las acciones de las televisoras se incrementaron en la Bolsa Mexicana de Valores con un aumento del 13% para Televisa y 7.35% para TV Azteca, lo cual fue un impulso importante ya que ambas presentaban tendencias descendentes por débiles ingresos por publicidad.
Así pues, el Gobierno de la esperanza, ha decidido invertir y apoyar a los Azcárraga y Salinas Pliego, que seguro sus empresas lo necesitaban, en lugar de invertir los dineros de los contribuyentes mexicanos, en echar andar un programa de medidas cautelares y de sanidad en todas las escuelas públicas para un regreso seguro, limpio y ordenado de los niños y jóvenes a las aulas, o de ayuda a las escuelas particulares, que debido a la crisis económica tendrán que cerrar sus centros de estudios o destinar esos recursos al sector salud para aminorar la pandemia y así evitar que dichos trabajadores se sigan manifestando, infectando o muriendo.
Esta vieja alianza de poder no generará ninguna transformación positiva, ya que se sigue apoyando a los mismos de siempre, es decir, a los más ricos; Se les sigue inyectando más dinero a los poderosos en lugar de apoyar a los más necesitados.
Debido a que vivimos en un país de mayorías pobres, con comunidades alejadas donde no hay señal de internet, o luz eléctrica, con familias que en promedio tienen de 3 a 4 hijos con una sola televisión, sin una computadora o simplemente tienen hijos de diferentes edades con diferentes grados escolares y diferentes materias y con los mismos horarios, sinceramente veo muy difícil que esta sea la panacea de la educación en México.
La vieja alianza de poder entre el gobierno y las televisoras ya han aventado las campanas al aire, aun cuando nadie conoce los contenidos temáticos de la SEP.
Solo esperamos que esta alianza de poder, no sirva como una estrategia de adoctrinamiento de nuestros niños y jóvenes, al más puro estilo de los regímenes de gobierno dictatoriales o totalitarios. (iM-rrc)