Comentario Zeta por Carlos Z. Cadena (13 AGO)

El golpe “reeleccionista” en la UNACH; aún sigue bajo sospecha con la legitimidad del “Rector” con sus grados académicos.  

Tal como lo denunció la prensa de Chiapas desde agosto del 2022, la mano golpista en la UNACH, en la figura de Faustino Nantaren Nandayapa, no solamente desfiguró la democracia en Chiapas por todo lo que representa   nuestra alma mather, sino que después del  “complot reeleccionista” con los dirigentes sindicales -el académico y el de los trabajadores- que también se amafiaron para la conjura  reeleccionista, organizado confeccionado  en todo un paquete de absoluta tiranía  se descubre que el conspirador no cuenta con sus documentos en regla para ocupar esa encomienda educativa  y máximo orgullo de muchas generaciones de chiapanecos, y que  ya se encuentra denunciado penalmente como un vil delincuente y  bribón     ante la Fiscalía General de la República (FGR) por los delitos de usurpación de profesiones, uso de documentos e información falsa y fraude, cuyas pruebas documentales lo tienen en una posición bastante comprometedora.

Se trata de una primera denuncia interpuesta desde el pasado 23 de diciembre del mismo 2022 por los delitos antes mencionados, y los que resulten. El escándalo desatado al interior de la UNACH se trató de ocultar perversamente para evitar convertirse en uno de los más graves que haya atravesado la institución   porque se trata de la legitimidad del que firma los títulos y las maestrías en el alma mather, y ahora resulta que su firma y estudios universitarios se encuentran bajo sospecha pública ante tamaña denuncia. Se informó en su momento que en el expediente se acusa a Faustino Natarén de haber mentido y defraudado a la Junta de Gobierno universitaria para poder acceder al cargo de Rector mediante el uso de grados académicos que simplemente no existen en los registros de las instituciones implicadas.

 Y es que, de acuerdo a los datos curriculares que Natarén Nandayapa entregó a la institución en 2018, y que pueden verificarse en los portales de transparencia, el actual rector aseguraba contar con una Maestría en Derecho Constitucional acreditada por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y un Doctorado en Derecho Procesal por la Universidad Complutense de Madrid, España. Ambas credenciales curriculares fueron presentadas por Carlos Natarén como parte importante de los requisitos para su postulación a la rectoría. Sin embargo, la realidad parece ser muy distinta, se denunció en la prensa local de Chiapas (Sic)

Como parte de las evidencias presentadas dentro del proceso penal, se expone un documento emitido y sellado por la misma UNAM en el que niega la existencia de cualquier registro de expedición de grado académico, ni de Maestría ni de Doctorado, a favor del rector de la UNACH. Algo similar sucedió con el informe expedido la Dirección General de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública, quien señaló que hasta enero pasado no existía ningún registro de grado académico de maestría o doctorado acreditado por Carlos Natarén Nandayapa en las bases de datos oficiales.

En los registros sólo consta la Licenciatura en Derecho que cursó en la Facultad de Derecho de la UNACH, con el número de cédula 2656502. Entonces, ¿tiene validez el supuesto doctorado en la Complutense de Madrid que Natarén Nandayapa presentó como importante credencial académica ante la Junta de Gobierno universitaria? Lo cierto es que dicho grado académico no aparece acreditado en ningún registro oficial de México. Y es que, como documento expedido por una institución extranjera, la ley establece que el grado académico requiere ser legalizado en nuestro país para tener validez nacional y, por lo tanto, contar con un registro oficial.

 Es ahí justo donde la situación legal del currículo académico de Faustino Natarén se complica. Y es que, ¿bajo qué condiciones pudo cursar un doctorado en Madrid sin cédula profesional de maestría? ¿Qué estatus real tiene los documentos académicos presentados por Carlos Natarén a lo largo de su desempeño como director del Instituto de Investigaciones Jurídicas y ahora rector de la UNACH?, ¿Cómo fue posible la Junta de Gobierno decidiera su elección y reelección sin validar los grados académicos expuestos?

El tema y sus consecuencias son más graves de lo que parecen. En primera instancia porque la Ley Orgánica de la propia UNACH, en su Artículo 17, establece de manera muy clara que para poder ser electo rector se requiere “Tener, preferentemente, grado de maestría o doctorado otorgado por institución de educación superior que tenga reconocimiento por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología”, tal y como se pide hoy (como requisito indispensable) a todo el personal académico que labora en esa institución.  En segunda instancia porque de confirmarse la NO acreditación de los grados académicos señalados, mediante sus respectivas cedulas profesionales, el asunto también significaría graves implicaciones legales en materia penal por haber defraudado a la institución, haber ostentado documentación falsa y haber usurpado grados académicos. Con lo anterior, el actual rector no sólo pudo ser inhabilitado de sus funciones, sino también vinculado a proceso penal.

La Junta de Gobierno, tampoco pudo hacerse de “la vista gorda” respecto al proceso penal, pues de no proceder también sería copartícipe y corresponsable de conductas delictivas. Por eso lo que sucede hoy dentro de la UNACH y su Rector es verdaderamente grave. Porque no sólo podría exponer de fondo una profunda cadena de negativos para la elección y reelección de Natarén Nandayapa, sino también implicaciones para toda la certidumbre legal bajo su Rectoría.

Lo cierto es que a un par de  años  del escándalo de la “conjura reeleccionista”  sigue aun  el espectro de la ignominia, infamia,  y “vergüenza histórica”  que gira alrededor de la   UNACH, donde vuelve a sobresalir  de que los sindicatos regresan  otra vez para  “reelegirse” en lo que empezó a ser otra vez un “paquete de agravios” sobre todo porque se trata de un movimiento en  la cuarta transformación que se supone no debe de existir corrupción y pudrición  administrativa, sobre todo también cuando se trata de presuntos fraudes académicos  donde el susodicho Faustino Natarén, pretende  por enésima ocasión dar  un golpe  arbitrario para empujar a los aliados sindicatos universitarios que valiéndoles un soberano cacahuate, buscan el protagonismo de seguir manipulando a la alma mather de Chiapas.

Como olvidar ese “catalogo negro de la reelección” que se tuvo que ir a inscribir hasta el municipio de Tonalá a escondidas, como olvidar a ese grupo de veintenas de universitarios que eran acarreados   para echarle porras y loas   para que fuera “reelegido”, dejando un precedente nunca antes visto en la historia de la UNACH, que desdibujó   a la propia cuarta trasformación que no va en nada, con la política transparente en materia democrática del presidente López Obrador.  La mano golpista que se dio en la UNACH, fue la misma que se dio en el partido guinda con el nombramiento de sus “consejeros Estatales”.  Nadie puede negar los vientos del absolutismo del “Príncipe Faustino”, con este tipo de trapacerías y engaños al pueblo y sobre todo a la comunidad universitaria. Una “sobre representación totalitaria” que ofende a la chiapanequidad. En fin.

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