Una irresponsabilidad pública traducida en tragedia.
Lamentables han sido las declaraciones de Gobernadores como el de Zacatecas David Monreal, cuando se refirió a la desaparición y muerte de 7 jóvenes en su Estado, que en lugar de explicar la descontrolada violencia, sólo justificó su irresponsabilidad y falta de acciones para contener el sufrimiento de sus paisanos, que ya ha alcanzado hasta a quienes lo ayudaron en su campaña. Sostuvo que la “situación de inseguridad que se vive, es producto del abandono y una herencia maldita”, refiriéndose a los gobiernos anteriores.
Pero como siempre, la realidad los desenmascara; Zacatecas está colocado entre los primeros 5 estados de la República con más homicidios dolosos y en los últimos 5 años, los homicidios de jóvenes en la entidad se han incrementado más de un 500%, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Este tipo de actitudes son absolutamente inaceptables y reprobables; porque un gobernador que es la máxima autoridad pública, que anduvo por las calles y localidades pidiéndole a la gente que confiaran en él, que lo apoyaran, que lo eligieran para administrar los recursos del estado, escuchando supuestamente los problemas de la gente y prometiendo atenderlos y hasta arreglarlos, no puede desligarse tan llana y descaradamente de su responsabilidad.
Ahora resulta que si una empresa pública o privada nos contrata y nos paga para que nos encarguemos de determinadas tareas, salgamos con la estupidez de que no avanzamos porque el administrador anterior abandonó los trabajos y dejó todo es desorden. No señores, cada persona que asume un cargo es el nuevo responsable a partir de que se le contrató; porque lo contrataron para atender los problemas y mejorar las cosas, no para que se queje o culpe a los que lo precedieron, tratando de justificar su incapacidad e ineptitud.
Lo mismo pasa con los puestos de elección popular y más grave es aún el caso de un gobernador o un Presidente de la República. El dichoso pueblo los elige para que resuelvan los problemas, no para que lleguen a decir que todo es culpa de los anteriores. Cada gobernante es responsable de lo que sucede durante su encargo.
Morena y sus aliados se sienten orgullosos de haberle arrebatado electoralmente varios estados al PRI y al PAN; Zacatecas, Michoacán, Colima, Guerrero, Oaxaca, Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Quintana Roo y Chiapas entre otros, pero en todos estos estados la violencia se ha desbordado como nunca antes visto; donde los gobernadores han querido ocultar lo que sucede o sólo se han limitado a culpar a sus antecesores, deslindándose de su gestión. ¿Será que para eso los eligieron?, ¿Para eso salieron a pedir el voto?.
El proceso interno de Morena y sus aliados ya comenzó y la fila es interminable, todos son ex funcionarios públicos y hasta venidos de otros partidos, pero parece más una fila en búsqueda de impunidad, que de verdaderas ganas de resolver los problemas.
Para nuestros gobernantes no pasa nada, dicen que en sus estados todos estamos felices, niegan los problemas y los minimizan. La realidad es que su omisión e irresponsabilidad sólo se ha traducido en pérdidas patrimoniales, tragedia, sufrimiento y decepción.