Rompiendo el discurso presidencial
Pocas semanas le bastaron a Xóchitl Gálvez para posicionarse en el imaginario político de los mexicanos y encender las alarmas tanto en Morena como en Palacio Nacional. Estos dicen que no pasa nada, que Xóchitl es un producto de los conservadores; pero el experto en la actuación y la mentira, se ríe por fuera pero se deshace por dentro al ver que con la explosiva aparición de Xóchitl Gálvez, se resquebraja su sucesión presidencial y sus intenciones de conservar el poder como garantía de impunidad, encubierta de transformación.
Xóchitl Gálvez literalmente se está adueñando de las redes sociales, de la comunicación social, de la conciencia colectiva reflexiva y del discurso oficial; está rompiendo con el esquema de comunicación política del más influyente en los últimos años.
Parece que el otrora poderoso discurso presidencial se ha adentrado en tierras movedizas, que cada vez que lanza sus injurias, se hunde más; porque cada insulto, cada ofensa, cada ataque que le dirige a su ahora enemiga pública número 1, todo se le revierte, una estrategia genialmente manejada por Xóchitl Gálvez. El discurso oficial mañanero ha tomado un efecto bumerán o para decirlo en palabras coloquiales, un efecto de botellita de jeréz, todo lo que le diga será al revés.
Xóchitl Gálvez parece una mujer de acero, nada le afecta, nada la destruye, al contrario, todas las menciones la engrandecen y es que la vida así la forjó, la convirtió en una mujer que ante la adversidad, la carencia y el castigo, se crece, convierte los problemas en retos y oportunidades, algo que los mexicanos traemos en la sangre, como los grandes boxeadores.
El navío llamado Xóchitl ha elevado anclas y desplegado sus velas, aprovechando los fuertes vientos de la tormenta política que cada día se intensifica más obligándola a navegar por aguas turbias. Pero ella no le teme a nada ni a nadie, es una guerrera ejemplar que está contagiando a millones de mexicanos que hoy se sienten desatendidos, como los padres de los niños con cáncer, las madres buscadoras o todas las familias víctimas de la violencia.
Morena y el jefe del ejecutivo, dicen que Xóchitl no representa nada, sin embargo, han emprendido una cruzada de Estado, un ataque sistemático que buscan desprestigiarla y minimizarla bajo una visión misógina, machista y despectiva, para adjetivarla como la señora X, sin caer en la cuenta de que una X, es la señal por excelencia que los ciudadanos utilizamos para marcar en la boleta nuestro voto a favor de X candidato o candidata preferida.
Ante esta planeada embestida política, Xóchitl Gálvez no se esconde ni se intimida, al contrario da la cara, pelea y parece que hasta lo goza. Pero estos actos desesperados están llevando al presidente y su partido a cometer muchos errores políticos y hasta legales, solo esperemos que esa desesperación no se convierta en una siniestra y trágica obsesión.