Drogas, un cáncer social que avanza.
Desde hace varias décadas nuestro país ha sido territorio estratégico en el tráfico de estupefacientes. Hoy es el principal centro de distribución al mayor mercado de consumo en el mundo, los Estados Unidos.
Aquí se han formado grandes organismos criminales que han consolidado su poder tanto en la región como a nivel mundial. El problema de las drogas en México ha evolucionado tanto, que hemos pasado de ser un país de trasiego a uno peligrosamente consumidor.
De acuerdo al Informe Mundial sobre drogas 2022 de la ONU, el consumo de narcóticos en México se disparó un 218%, especialmente en estupefacientes sintéticos como las metanfetaminas como el cristal y el fentanilo.
La creencia de que a nuestro país el cáncer del consumo de drogas no le podría afectar es obsoleta y desactualizada. Existen varios sectores de la sociedad que hoy están consumiendo algún tipo de droga, desde la vieja mariguana hasta los modernos opioides pasando por la cocaína y las metanfetaminas.
Hoy el cristal lidera las adicciones en 12 estados del país, según el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Sustancias Psicoactivas. Para esta institución, la demanda del tratamiento por el consumo de anfetaminas pasó de 9% en 2013 a 30.5% en 2020 y lo peor es que ya se han detectado casos de adicción en niños de 8 años.
El fentanilo es un opioide sintético 50 veces más potente que la heronína y hasta 100 veces más potente que la morfina. A pesar de que esta droga se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para el gobierno de los Estados Unidos, se han detectado los fuertes lazos que existen entre su consumo y la fortificación de los cárteles mexicanos. Sólo en el último año murieron más de cien mil estadunidenses por esta droga.
Su alta demanda se explica por dos aspectos, primero, el bajo costo de su producción que deja ganancias a los cárteles de hasta de 9,900% y segundo, por su alto nivel de adicción, que se ha detectado en personas que trabajan como choferes de camiones de carga y pasajeros o jornaleros y maquiladores.
La rentabilidad de esta droga es muy superior a las otras; por ejemplo, producir un kilo de fentanilo cuesta 5 mil dólares y les toma 2 horas, su valor en el mercado alcanza los 500 mil dólares; en cambio una hectárea de amapola apenas produce un kilo de heroína en 4 meses.
Tanto el cristal como el fentanilo hoy en México se encuentran altamente disponibles en nuestras calles según ha advertido la Comisión Nacional contra las Adicciones, pues su consumó aumentó de 2013 a la fecha en un 500%.
Existe cierta relación entre drogas y violencia pero no necesariamente la violencia viene de una persona que se droga; lo cierto es que, lo que está pasando en nuestro país sí deriva de una mayor comercialización de drogas. Por eso, cuando vemos a grupos armados enfrentándose en las calles, no es que se estén disputando los locales de un mercado, no, se están disputando “el mercado” pero de la compra y venta de estas drogas y “el mercado” siempre estará regido por las leyes de la oferta y la demanda.
Bien lo ha señalado la Iglesia Católica, “México está enfermo”, para mí, México tiene un severo cáncer con consecuencias para todos, pero depende de todos que avance, se controle o se cure.