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El francés Théo Curin renunció a participar en los Juegos Paralímpicos de Tokio para centrarse en cruzar a nado el lago Titicaca.
A sus 20 años, el nadador francés Théo Curin renunció a los Juegos Paralímpicos de Tokio, desmotivado por el aplazamiento y las clasificaciones de los deportes para discapacitados, para lanzarse a un desafío inédito: cruzar a nado los 122 km del lago Titicaca con dos compañeros.
“Tengo ganas de pasarlo bien. Hace siete años que entreno todos los días, dos veces al día. Nunca he ganado, no tengo la sensación de haber logrado algo. No podría hacer medalla en los Juegos por las desigualdades en mi clasificación”, explica Curin, amputado de los cuatro miembros cuando tenía seis años luego de una meningitis fulminante.
El joven, imagen de una marca de cuidados cosméticos y una de las estrellas de la miniserie de televisión francesa ‘Vestiaires’, decidió olvidarse de la cita de Tokio -aunque no de París 2024- hace unos meses.
Curin esperaba cambios en el sistema de clasificación que define las categorías en las cuales compiten los deportistas discapacitados. “Ellos (el Comité Paralímpico) anunciaron que quizá cambiarían las clasificaciones, pero después de los Juegos de Tokio”.
El joven de Lunéville (este de Francia), instalado en París desde septiembre, considera que no tiene ninguna opción de hacer podio en los Juegos frente a deportistas con una discapacidad menor. En Rio 2016 terminó cuarto en la prueba de 200 m libre, ganado por la estrella brasileña Daniel Dias, nacido sin manos ni pies.
“MUY DURO”
“Soy alguien competitivo, sé que si voy es para ser 4º. Eso no me interesa. Me fui de casa de mis padres con 13 años para ser 4º en los Juegos, no es lo que tenía previsto”, añadió el deportista, que sufrió estos últimos meses en los entrenos.
“El aplazamiento de los Juegos provocó que decidiera no hacerlos e inmediatamente todo fue mucho mejor. Me siento en plena forma, ¡quiero ir hasta el final de este lago!”, dice el nadador, que se fija desde su juventud en su compatriota Philippe Croizon, quien también con cuatro amputaciones atravesó el canal de la Mancha a nado en 2010.
Curin quiere lograr su desafío en noviembre de 2021, con la exnadadora Malia Metella, retirada de las piscinas desde hace 11 años, y el aventurero Matthieu Witvoet.
El objetivo: cruzar a nado con total autonomía el lago más alto del mundo, el lago Titicaca situado a 3812 m de altitud y atravesado por la frontera entre Perú y Bolivia. Tendrán que remolcar su balsa salvavidas durante una travesía de 8 a 10 días, para lo cual son dirigidos por Stéphane Lecat, entrenador de la selección francesa de aguas libres.
“Es un reto… ¡No sé si son realmente conscientes de lo que van a hacer! Es muy duro, en un entorno abierto con muchos kilómetros, un agua fría y la altitud. Es un reto de locos. No van allí a intentarlo, tienen que triunfar”, apunta Lecat, que avisa: “la cabeza marcará la diferencia”.
“Por lo que he visto, Théo ha madurado mucho, tiene sed de vida, ganas de vivir grandes emociones”, desliza el técnico. (iM-rrc)