El discurso demogogico es un documento escrito que las personas que se dedican a la Política, utilizan para hacerse escuchar cuando se dirigen a las masas populares.
Es una “herramienta”, que sirve para dar a conocer sus propuestas sobre todo durante los tiempos electorales o de campaña política para atraer y convencer el voto de los electores.
Incluso, también es utilizado por los gobernantes cuando ya están en el poder y en el ejercicio gubernamental.
Ambos casos, son momentos diferentes de la Política, que buscan los mismos objetivos pero que tienen diferentes resultados.
No es lo mismo, que un político lance un discurso demogogico como parte de una estrategia para hacerse con el poder político que para mantenerse en el mismo, apelando a la retórica, la desinformación, la propaganda o la manipulación, para granjearse el favor emocional del público, lo cual se logra recurriendo a prejuicios, promesas, emociones, miedos y esperanzas populares o también para encontrar el común denominador del subconsciente, según sea el caso.
Pero hay que tener cuidado y estar muy atentos, porque el dircurso demagogico toma mayor fuerza cuando se hace presente en un escenario político polarizado, toda vez que arrastra a las personas a tener una forma de pensar simplista de los asuntos públicos, porque conviene a unos o a otros, ya que genera apoyos solidarios y rechazos automáticamente, es decir, divide más el espectro político humano en valores absolutos dicotómicos u opuestos y esto sólo se logra con un discurso demagogico popular.
En pocas palabras, hacer uso de un discurso demagogico en campaña política, puede dar buenos resultados electoralmente pero, pronunciar un discurso de esta índole cuando se detenta el poder, puede ser contraproducente o políticamente incorrecto, ya que polariza más la situación o puede llevar a perder la simpatía de una gran parte de la sociedad, sobre todo cuando ésta no ve sus intereses reflejados en dichas palabras.
Lo anterior sale a colacion, en el marco del pronunciamiento del informe del Presidente de México en su primer trimestre del año 2020 y en medio de una grave crisis de salud y económica mundial.
Pienso que muchos mexicanos esperaban un discurso más pragmático, propositivo, alentador y lleno de esperanza sobre todo para el sector empresarial y los trabajadores.
No son tiempos de discursos demagocios, considero que son tiempos de ver la realidad y de hablar con la verdad para afrontar de manera seria los difíciles momentos que atraviesa la nación.
No son tiempos de campaña, son tiempos de un jefe de Estado.