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Matrix vuelve a las salas de cine en alta definición por su veinte cumpleaños. Analizamos la película con una mirada actual para comprobar si las cuestiones que plantea siguen estando vigentes.
Ana Pastor.-
Matrix es uno de los iconos del cine de ciencia ficción de todos los tiempos, que ha cumplido esta semana veinte años desde su estreno. Para celebrarlo, la película vuelve a los cines españoles este viernes 28 de junio. Esta vez, los fans de la trilogía podrán disfrutar de ella en alta definición 4K, pero ¿cómo ha envejecido Matrix?
La cinta de las hermanas Lana y Lilly Wachowski situaba la acción cerca del año 2199, en una realidad en la que las máquinas han tomado el control de la Tierra y sometido a la raza humana. Keanu Reeves protagoniza esta película como Thomas Anderson, un programador informático que lleva una doble vida como hacker bajo el alias Neo. Su personaje no está satisfecho con lo que el mundo le ofrece porque tiene la sensación de que algo falla, un presentimiento que confirma cuando toma la famosa pastilla roja.
Descubrir que tu mundo es solo una simulación es un golpe chocante, pero confronta al protagonista de cara con la verdad, y ¿qué es la verdad? Esta pregunta lleva rondando a la Humanidad desde el principio de los tiempos y no existe una respuesta clara. Para Morfeo, el mundo real es el que existe más allá de Matrix, el dominado por las máquinas, pero para todas las personas que viven en ella no existe un mundo más allá; viven en su particular caverna de Platón.
Como tantas otras películas del género, Matrix aborda el síndrome de Frankenstein, el miedo a que una creación humana se rebele contra nosotros. En este caso, sería la inteligencia artificial desarrollada en el siglo XXI la que nos subyuga como especie. La película se ríe de los aires de grandeza que nos damos como sociedad implicando que por mucho que intentemos controlar la naturaleza, estamos jugando con fuerzas mayores que nosotros mismos.
El reestreno nos llega en un momento en que la identidad vuelve a ser un recurso habitual en el cine, porque estamos cada vez más perdidos. En un mundo globalizado e inestable, en el que nada nos sorprende, buscamos constantemente el “quiénes somos”, nuestro lugar como individuos y como grupo. Ahora que series como Years and Years muestran un futuro terrorífico, pero ni mucho menos inverosímil, necesitamos creer en algo. Estamos abocados a la búsqueda de referentes que nos guíen, del mismo modo que Trinity y los demás personajes necesitan creer que Neo es un “elegido” con el poder de terminar con la guerra.
Llena de símbolos y referencias, Matrix sigue siendo una de las películas más filosóficas del género. A lo largo de sus más de dos horas, las directoras nos plantean profundas cuestiones que tienen vigencia aún hoy en día, desde la búsqueda de la verdad hasta los códigos éticos al tratar con máquinas, pasando por los comentarios religiosos. Las personas que habitan Matrix están viviendo una vida que interpretan como real. Su mente percibe un mundo tangible con el que interactúa. ¿Es esa vida menos válida que la “real”? Decía Morfeo en la cinta que cuanto más mayor es la persona más difícil es que despierte a la realidad, porque se aferran desesperadamente a la ilusión de Matrix, y el personaje de Cifra es la viva imagen de ello. ¿Preferimos el engaño bonito o la amarga realidad? Cada cual que decida con qué venda taparse los ojos.
Veinte años después de su estreno, Matrix vuelve a los cines en un momento sociopolítico en el que nos gustaría pensar que estamos viviendo en una simulación, que las situaciones desoladoras que aparecen en las noticias son solo producto de un retorcido programa informático; que podemos despertar de la pesadilla. Sin embargo, como constata el agente Smith, Matrix primero fue diseñada como un mundo utópico, en el que los seres humanos vivieran en paz mientras ellos se aprovechaban de la energía que generaban sus cuerpos. Pero este proyecto con aires de Un mundo feliz fracasó porque las personas “necesitan de la tristeza y el sufrimiento”. Si despertáramos al mundo perfecto que deseamos pensaríamos que es solo un sueño.
2019 parece el año de Keanu Reeves, que ha estrenado la tercera entrega de la saga John Wick, ha puesto voz a un nuevo personaje de Toy Story 4 y protagonizado el videojuego Cyberpunk 2077. Sin olvidar su aparición estelar por la producción de Netflix, Quizás para siempre. El reestreno de Matrix llega en el mejor momento para recordarnos por qué nos gusta tanto el actor canadiense. Además, ya sabemos por Chad Stahelski, director de John Wick 3, que las hermanas Wachowski están trabajando en la cuarta entrega de Matrix, expandiendo el complicado universo. De ser así, esta saga se convertiría en una de las muchísimas que están buscando su renacimiento mediante los reboots. Eso sí, hay muchas posiblidades de que Neo no sea el protagonista y los rumores hablan de la incorporación de Michael B. Jordan.
En cualquier caso, queda claro que esta trilogía es de absoluta actualidad y una reinvención del universo podría encajar muy bien con lo que pide el público en la actualidad. De momento, nos conformamos con ir a ver de nuevo Matrix en alta definición. (iM-rcc)