Comentario Zeta Por Carlos Z. Cadena (16 FEBRERO)

Tuxtla Gutiérrez-San Cristóbal de las Casas, la carretera de la muerte. 

(Una vía de comunicación con pésimo servicio, retardado los trabajos de ampliación a 4 años, y un peligro de muerte para los conductores.)  

La fatalidad y el azar de la muerte dela autopista Tuxtla Gutiérrez, -San Cristóbal de las Casas, es el clásico monumento a la ineptitud e irresponsabilidad que se viene originando en este tramo carretero, que aparte de no mantener una estrategia de seguridad para los conductores,  en una remodelación  tardía ya de varios años, esta comunicación entre el centro del estado y los altos de Chiapas, deja abierta una gran puerta al peligro de todos los días que utilizan esta supercarretera que se desliza de lo alto a lo bajo y eso origina más  peligro y fatalidad de los automovilistas.   

Son cientos de accidentes peligrosos y de muerte que se han suscitado entre Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de las Casas, ya no solamente son los turistas nacionales o extranjeros que viven la osadía, sino todos los Chiapanecos que desde Tuxtla Gutiérrez, nos desplazamos a los altos de Chiapas, por motivo de esparcimiento, distracción o entretenimiento u otro asunto personal, pero lo cierto es que cada vez que se sale de la capital chiapaneca para visitar San Cristóbal, el fantasma del peligro de muerte ronda, porque ya se hizo una vía de comunicación muy transitada,  y que el mismo escenario que tiene de elevación y altura en su transitar hace muy peligroso, porque se lleva a cabo una tardía estrategia  en su construcción o rehabilitación , que lo vemos palmo a palmo cuando transitamos por esa autopista. Su trasformación va a paso de tortuga y el peligro está a la orden del día.  

Las fuerzas vivas de Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal, deben e exigir que la constructora agilice los trabajos y ponga mayor estrategia en la seguridad de los que usan este tramo carretero, porque no hay garantías de una seguridad total, por la inoperancia de los trabajos que van muy despacio y no se observa cuando se va a concluir esta rehabilitación de tramo carretero, que como dijimos encierra mucha fatalidad y es un juego de azar hacia la vida de los que transitan esta vía. Hemos sido los chiapanecos muy silencioso y que poco nos importa los problemas sociales, pero ya debemos exigirle a esta constructora encargada de llevar a cabo los trabajos de reconstrucción de esta supercarretera muy peligrosa.  

Este martes 14 de febrero, Diario de Chiapas publicó una postal de lo que refleja esta autopista que es muy socorrida por los capitalinos y los que provienen de los altos de Chiapas. Diario de Chiapas, señaló en una investigación periodística: “En los últimos cuatro años, el costo de la tarifa para circular en la “súper carretera” Tuxtla Gutiérrez–San Cristóbal de Las Casas pasó de 51 a 89 pesos; incremento de 38 pesos que no ha servido para contener y reducir el número de accidentes en esta autopista de cuota, en la que anualmente se registran más de 60 colisiones y más de 16 muertes.” . Y agrega la nota:  

“Independientemente del alza a la tarifa, hace más de dos años, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público anunciaba con bombo y platillo la “inversión privada” de mil 45 millones de pesos para la ampliación de la autopista. La obra quedaría terminada en diciembre de 2022, fecha en que comenzará a operar la autopista, dijo la institución en aquella ocasión, pero la realidad es otra: no hay para cuándo terminen los trabajos de rehabilitación y en tanto, los percances continúan”. Sigue diciendo la información de Diario de Chiapas:  

“Del 2019 a 2022, la carretera de cuota Tuxtla-San Cristóbal a cargo de la Concesionaria de Autopistas del Sureste (CAS) filial de la empresa española “Aldesa”, ha registrado un aumento a sus tarifas en un 42.69 por ciento, precio que justifican y atribuyen a las obras de ampliación que tienen como fin mitigar el riesgo de accidentes carreteros, sin embargo, en los 46.2 kilómetros que comprende la vía de comunicación se continúan reportando decenas de colisiones, víctimas, lesionados y daños”, y advierte también la información:  

“Pese a ello, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) y la CAS han autorizado y modificado el costo de las tarifas de peaje año tras año. Por ejemplo, en la caseta de cobro de Tuxtla-San Cristóbal el 28 de enero de 2020 se anunció que el costo pasaría de 51 a 53 pesos; el 16 de enero del 2021 que el precio pasó de 53 a 63 pesos; el 16 de enero del 2022 que la tarifa llegaría de 63 a 75 pesos; y la del 7 de febrero de 2023 que el costo pasó de 75 a 89 pesos”. En fin.  

Juan Pueblo: Los 80 años y los caminos de la vida.  

 El pasado viernes 10 de febrero, el columnista de páginas Mario caballero, señala que el junior Roberto Albores Gleason, “El diablito” es un cachorro perdido, que deambula sin brújula, Sin embargo, ahora que fue cumpleaños,  el número 80 de Don Roberto Albores Guillen, “El diablo mayor”,  levantó conjeturas la celebración de su “diablo”, pues la totalidad de los invitados salieron de la fiesta con el sabor de boca de que la pachanga se hizo para empoderar al “diablito junior” que en efecto siempre anda perdido y sin brújula, y es el Tata Albores Guillen, quien siempre lo apoya en sus políticas de transito dentro del servicio público.  

El Diablo mayor, es quien hace los amarres, los afianzamientos, y sobre todo los ligues, para empoderar al “Diablito”, que nunca ha brillado con luz propia, todo es producto del Tata Mayor, que le gusta hacer política, y que hace hasta lo imposible para que el junior Albores, logre un cargo tanto administrativo como de elección ´popular. Hoy la jugada se hizo con un grupo del PVEM, que no cuenta con valor moral, y otros personajes con la idea de que al menos logre una diputación federal, por su Comitán, para el “diablito” Albores, que ahora de rojo, lo buscan convertir en verde.  

La fiesta de los 80 años, fue una simulación y jugada donde se pidieron amarres y ligaduras con invitados que exprofesamente fueron los llamados a este convite y agasajo.  Que padre o patriarca no haría por su hijo para que le fuera bien, pero ya tantos años de llevarlo de la mano en los asuntos políticos, y que no haya aprendido el diablito junior, sencillamente nunca aprenderá. Hasta ayer este era el contexto del comentario de los muchos que fueron a la fiesta de los 80 años, porque hay chiapanecos que le guardan cariño al “diablo mayor”, pero de los que fueron muchos asimilaron que fue una fiesta de empoderamiento electorero no solamente para amarrar con gente del PVEM, sino con otros actores políticos que son amigos de Don Roberto.  

Toda la estrategia del “apoyo fiestero” tiene la marca de Don Roberto Albores Guillen, al grado de que todos los que figuraron en su vida política como exgobernador o de Impecsa, o donde haya estado el político comiteco, también sus ex colaboradores se prestan o prestaron para cerrar filas y apoyar al junior. 

Un caso insólito que ya no debe de haber o existir en la política de Chiapas. Hay que hacer una retrospección y nos daremos cuenta de que el Padre empodera al hijo en toda su vida donde haya habido un cargo de elección ´popular para competir.  No solo se siembra aguacate, menos bambú, también se siembra “caminos de la vida” para apoyar al vástago, que aparece en tiempos electoreros, porque no le gusta vivir en su Chiapas. Ver para creer. 

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