Por Jose Luis Gálvez Gómez
Politólogo
La política de los otros datos
Es más que evidente que al señor presidente no le agrada que lo cuestionen con datos duros basados en análisis, estudios e investigaciones científicas cuantificables que relaten la cruda realidad.
La frase que un día y por primera vez pronunció “yo tengo otros datos”, que fue el 16 de enero del 2019 por un reporte del Banco de América sobre la percepción del crecimiento del Producto Interno Bruto de México, terminó por convertirse en la punta del iceberg para la explicación y justificaciónde cualquier tema nacional, acompañada siempre de una sonrisa socarrona, que funciona como válvula de escape ante cualquier cuestionamiento que ha terminadopor dejar estupefactos tanto a reporteros como a los propios ciudadanos; es una frase que te congela, nos ha dejado con la boca abierta, pero no de convencimiento, sino de incredulidad ante tal desfachatez.
Para el jefe del ejecutivo, no importa de quién o de dónde provenga la información que demuestra los verdaderos resultados de su gestión, así sean organismos internacionales, instituciones públicas autónomas, centros de investigación, averiguaciones periodísticas o de medios informativos, personas que han vivido en carne propia alguna situación o problema, incluso, ha descalificado las explicaciones, versiones y cuentas de las instituciones de su propio gabinete, como lo último que sucedió con el Auditor Superior de la Federación, que por presiones políticas de los legisladores afines al presidente, tuvo que recular en los resultados de su trabajo, provocando el descrédito de una institución pilar para la rendición de cuentas y el combate a la corrupción.
Se ha sostenido que se tienen otros datos, sobre la economía, sobre los índices de inseguridad, sobre los actos de corrupción en su propio equipo de trabajo y sus familiares, sobre la escasez de medicamentos, sobre las instancias infantiles, sobre los muertos por elcovid, sobre la saturación del sistema de salud, sobre las mujeres, vaya, ha hablado hasta sobre la gran felicidad que después del 2018 ahora sienten los mexicanos.
El asunto es que la realidad sólo es una, la objetividad y la materialidad de las cosas o un hecho no cambian, lo que cambia es la perspectiva o el ángulo desde donde se ven las cosas, la subjetividad depende de quién lo dice, pero los hechos allí están; se incrementaron impuestos, ha subido deprecio la canasta básica, aumentó la luz eléctrica y el gas LP, las gasolinas no han parado de subir, como también está aumentando el precio de la tortilla, el costo de la vida en nuestro país ha aumentado tanto, que el incremento al salario mínimo no sirvió de nada.
Entonces podemos decir que hay interpretaciones por intereses, por conveniencia, por convicción y hasta por planeación, lo que hacen que una realidad sea tergiversada o manipulada para determinados fines u objetivos.
La política de los otros datos, no es buenapara un país, ya que sólo genera confusión, fantasías, descrédito y sobre todo una falsaexpectativa; si no ponemos los pies sobre la tierra, poco a poco se estará construyendo un castillo en el aire que un día terminará por derrumbarse y para entonces ya será muy tarde porque ya estaremos en medio de una tragedia social nacional.
No pierdo las esperanzas que algún día podremos hacer política de verdad y no de mentiras. Sueño en que algún día nuestro paístenga políticos que no le mientan a la gente y que no les hagan tragarse sus falsas ilusiones.Pienso que un día podamos vivir en una nación donde el interés sea general, con conciencia social, donde todos trabajemos por nuestra comunidad y para nosotros mismos, sin envidias, sin egoísmos, sin rencores, pero sobre todo con una sola misión, hacer crecer a México. (iM-rrc)
