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Tom Hanks reveló el 11 de marzo que tanto él como su esposa Rita Wilson se habían contagiado de COVID-19. Fue durante la filmación en Australia de su última película que será estrenada en pocos días por Apple+. Era una víctima más de las cientos de miles -por entonces- que veían sus vidas afectadas por el brote nacido en Wuhan, China que actualmente ya lleva infectados más de 11 millones de personas y 530 mil muertos. En aquellos días permanecieron internados tres días junto a su amada esposa. Pero no fueron las mejores horas de sus vidas.
En una profunda entrevista con el diario inglés The Guardian, donde habló de su último trabajo Greyhound, Hanks contó los padecimientos de aquellos días. “Tuvimos reacciones muy diferentes, y eso fue extraño. Mi esposa perdió el sentido del gusto y el olfato, tuvo náuseas intensas, tuvo una fiebre mucho más alta que yo. Simplemente tenía dolores corporales paralizantes, estaba muy fatigado todo el tiempo y no podía concentrarme en nada por más de unos 12 minutos. De todos modos, esa última parte es como mi estado natural”, bromeó el actor.
“Cuando estábamos en el hospital, dije: ‘Tengo 63 años, tengo diabetes tipo 2, tenía un stent en mi corazón, ¿soy un caso de bandera roja?’. Pero mientras nuestras temperaturas no subieran, y nuestros pulmones no se llenaran con algo que parecía neumonía, (los médicos) no estaban preocupados. No soy alguien que se despierta por la mañana preguntándome si voy a ver el final del día o no. Estoy bastante tranquilo por eso”, comentó Hanks a la periodista Hadley Freeman. (iM-rrc)