- Manejo del producto insalubre y sin peso exacto afecta a la población.
- Se carece de un registro y control de repartidores en el Soconusco: Industriales
René R. Coca
Tapachula, Chis; JUL. 22 (interMEDIOS).- Aunque existen reglamentos y leyes que deben normar a los repartidores-expendedores de tortilla en motocicleta, para que se otorgue un servicio no solo de calidad, sino también de sanidad, de cantidad y de seguridad a la población, las autoridades correspondientes son indiferentes a esta problemática que es muy constante en Tapachula y el Soconusco, y que además se carece de un registro y control de quienes se dedican a esta actividad lucrativa.
A pesar de que existe inconformidad de múltiples sectores productivos porque existe una marcada competencia desleal entre los industriales de la masa y la tortilla, lo más preocupante es que es la misma población quien se queja pero a la vez es la que más solapa a los expendedores de tortilla que deambulan en motocicleta por las colonias y comunidades de Tapachula.
A decir de la ama de casa Lilia Cardona, señaló que por su casa pasan de tres a cuatro motociclistas que ofertan tortilla, pero que en todos los casos los paquetes que deberían ser de a kilogramo, van sin el peso correspondiente y que los precios varían desde los 10 hasta los 14 pesos por kilogramo “lo lamentable es que una persona enferma como yo que usa muletas para caminar, tengo que ajustarme al vendedor que pase primero porque de los cuatro no tengo seguridad que pasen, ni tampoco a qué hora” citó.
Otros de los grandes problemas que se observan con este tipo de comercio de tortilla en dos llantas es que además del peso incompleto y lo caro que pudiera ser el comprarles, es el hecho de que las tortillas vienen envueltas en un papel que en ocasiones se deshace ante la humedad que genera que la tortilla caliente vaya en la hielera de plástico, por lo que el producto queda sin protección y que al ser tomada por la mano del vendedor, la tortilla se contamine al no tener las manos limpias ante el manubrio de la moto y el dinero que maneja, esto sin contar que las hieleras carecen de total asepsia.
Al cuestionársele al propietario de una tortillería del oriente de la ciudad, argumentó que muchas personas pagan por determinada cantidad de kilogramos al día de tortilla, donde la piden por unidades de medio kilo o un kilo “nosotros como comerciantes le damos al cliente lo que pida, siempre y cuando pague el costo de nuestro establecimiento; pero sí hemos detectado que se dedican a revender la tortilla, aunque ya no es nuestra responsabilidad si le quitan producto al kilogramo para hacer más paquetes” excuso.
Sin embargo, ni la Jurisdicción Sanitaria 7, ni la Secretaría de Economía, ni la Procuraduría Federal del Consumidor, ni la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) tienen registrados a los expendedores de tortilla que realizan citada actividad a su conveniencia; y si de paso observamos que la mayor parte de ellos manejan sin casco de seguridad, se meten en sentido contrario, y manejan en alta o muy baja velocidad, que también es contraproducente para los automovilistas, entonces podremos deducir que los vendedores operan en impunidad puesto que ninguna dependencia de gobierno cumple con sus funciones en esta materia. (iM-rrc).