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René R. Coca
Tapachula, Chis; AGO. 24 (interMEDIOS).- La Frontera Sur es una bomba de tiempo en el tema migratorio, donde las autoridades federales son responsables de la incertidumbre tanto para la población extranjera como la local, al generarse actos y hechos irregulares continuamente que repercuten en manifestaciones, inseguridad, hacinamiento, mendicidad, insalubridad e informalidad, por citar algunos.
Los organismos productivos de Tapachula como la Coparmex Costa de Chiapas, indicó que han levantado la voz en este tema que es preocupante para toda la sociedad, e inclusiva para la misma población migrante; pero que ninguna autoridad federal ha tomado cartas en el asunto, y solo puso como ejemplo la lentitud y el burocratismo que se tiene tanto en el Instituto Nacional de Migración como en la Comar.
Por su parte, la población tapachulteca se siente amenazada en consecuencia de que muchos migrantes han mostrado una actitud hostil al no querer pagar rentas y averiar viviendas, tener personas que hacen escándalo, alcoholizarse e inclusive caer en faltas a la moral; y en el extremo ver que ya hay grupos delincuenciales que generan zozobra y temor.
Por otra parte, los migrantes han manifestado abuso tanto de autoridades como de quienes rentan cuartos o quienes los contratan para trabajar, discriminación racial y falta de oportunidades para ellos y sus hijos.
En conclusión, Tapachula se ha convertido en un polvorín que puede estallar sin que la federación le importe que el Soconusco sea el traspatio migratorio no solo de México, sino de los Estados Unidos. (iM-rrc).