- Aplican una estrategia psicoeducativa dirigida a las y los jóvenes
Redacción
Tuxtla Gtz. Chis. FEB 26. (interMEDIOS).- Con el objetivo de prevenir la violencia en el noviazgo durante la etapa de la adolescencia, la Secretaría de Salud del Estado fortalece la identificación de los signos de alerta con una metodología psicoeducativa de abordaje grupal, que se aplica a la población juvenil de las escuelas de nivel medio superior de Tuxtla Gutiérrez.
Al respecto, la coordinadora estatal de Género y Salud, Marcela Vázquez Morales, informó que la dependencia trabaja a través de grupos adolescentes, y como resultado de esta intervención, desde 2018 a la fecha se han formado 62 equipos de jóvenes, en los que se reflexiona sobre los mitos alrededor del amor romántico y las brechas de desigualdad que existen actualmente.
Mencionó que esta estrategia ha permitido detectar y atender necesidades específicas, refiriendo a las y los jóvenes con sus familiares a las unidades de salud para su atención; es una propuesta psicoeducativa mediante la facilitación grupal reflexiva, donde se utilizan las siguientes teorías y modelos: prácticas narrativas colectivas, modelo ecológico y perspectiva de género en un ambiente participativo, lúdico y vivencial.
Detalló que la violencia en las relaciones de noviazgo se define como todo ataque intencional de tipo sexual, físico o psíquico de un miembro de la pareja contra el otro, en el que una persona ejerce el rol dominante a través del control y otra persona adopta una actitud sumisa que permite el dominio.
Indicó que la violencia en el noviazgo, a pesar de que cuenta con características específicas, es ubicada dentro de la violencia de género y de la violencia contra la mujer, ya que comparten varios criterios y las estadísticas hablan de mayor incidencia de hombres como agresores.
A las y los adolescentes que tienen una relación de noviazgo se les pide estar atentos ante comportamientos que derivan en violencia hacia el otro, como son: actuar de forma posesiva o celosa, culpando a la pareja por ello, comúnmente imaginan engaños y pueden tener celos de los amigos cercanos, de la familia e inclusive de los niños; tienen continuos arranques de mal humor, explotan por cualquier cosa insignificante o por acumulación de pequeñeces.
Además, culpan a los demás de sus enojos, en especial, la novia o el novio suele ser el culpable, no son capaces de asumir su responsabilidad, por esta razón minimizan, niegan y de ninguna manera reconocen los abusos y su gravedad.
Todo el tiempo le dicen a la pareja qué hacer, qué pensar, cómo vestirse, qué le conviene, a quién puede ver y a quién no.
Vázquez Morales recalcó que es común el abuso verbal a través de descalificaciones, insultos y todo el tiempo le dice que hace todo mal; pero siempre justifica que lo hace “por amor”, para que “mejore”.
También, la persona que ejerce violencia le pide a su pareja que le llame o le mande mensajes constantemente para saber dónde está, con el pretexto de “cuidar”; igualmente, pide que le enseñe el celular y el correo para ver con quién se escribe; pide contraseñas de acceso a correo electrónico y las redes sociales, espía, checa y juzga todo lo que la pareja hace en las redes sociales.
Dar un like a una foto o comentario de alguien más puede ser motivo de celos, insultos y un pretexto más para controlar; justifican sus acciones con el pretexto de demostrar cuidado y confianza, cuando lo que busca es acabar con la intimidad de su pareja y ejercer control disfrazado de preocupación.
Las personas que viven violencia en el noviazgo ven cómo poco a poco se reduce su autoestima. Llegan a pensar que la culpa de la violencia es suya, como se los dice su pareja.
Para que se puedan cambiar las conductas violentas, es indispensable que las personas que las ejercen asuman responsabilidad respecto a ellas y se acerquen a las unidades médicas a solicitar ayuda. (iM-rrc)