©RICARDO THOMAS
María Espinoza hace frente a las versiones sobre una potencial cancelación olímpica sin darles importancia; para ella las justas de Tokio son el momento perfecto para el retiro.
María Espinoza tiene el objetivo claro en medio de una época de incertidumbre: cerrar su ciclo deportivo con la participación de sus cuartos Juegos Olímpicos y ahí pelear por conquistar un cuarto podio.
La laureada taekwondoín sinaloense no presta oídos a las versiones de una nueva posposición de las justas de Tokio, programadas para iniciar el 23 de julio, debido a la emergencia mundial de covid-19. Desde que comenzó la pandemia no ha dejado de entrenar desde su aislamiento, con la meta de obtener la plaza en la última evaluación, que no tiene todavía ni fecha ni lugar.
A ella no le pesa la espera. Las justas de Tokio son especiales porque marcarían el final de su brillante trayectoria, y una vez con la misión cumplida, comenzar a valorar el horizonte que se despliegue ante sí misma… En tanto, entrenar y estar lista para volver al combate es lo que ocupa sus pensamientos.
A ella la pandemia también le ha dejado tristezas por el fallecimiento y contagios entre familiares, una historia que comparte con millones de mexicanos. “Han sido días buenos, días malos, pero al final no he perdido el objetivo que es calificar a los Juegos Olímpicos”.
¿Cuál fue su sensación cuando se confirmó la posposición de los Olímpicos de 2020?
Fue chistoso, porque normalmente me levantaba, hacía algunas cosas de rutina y me ponía a entrenar y ese día me dijeron: María, se van a posponer los Juegos. Ya no vas a tener que entrenar. Yo dije: No, se van a cambiar de fecha, más no se van a cancelar, ¿cómo que no voy a entrenar? No lo tomé a mal ni me desmotivé. Al contrario, pensé que iba a tener más tiempo.
¿Y cuándo supo que iba a ser un año la espera?
Para mí fue perfecto… Te digo esto, porque fue un año. Si hubieran sido dos años lo hubiera pensado un poco más. Me iba a recuperar de golpes y lesiones (problemas con las muñecas, sobre todo); también iba a mejorar en mis debilidades en el taekwondo. Comencé el confinamiento con una lesión seria en la mano izquierda y así me fui recuperando. Y dolencias después de tantos años de golpes y también fueron sanando.
Con su legado, si se llegara a dar una nueva posposición de los Juegos Olímpicos, ¿dónde se despediría deportivamente?
Eso no lo he pensado y a pesar de que hubo tanta polémica ayer
—jueves 21 de enero, con la versión de que el gobierno había decidido cancelar las justas— tampoco lo pensé. Me dijeron, leí las notas, pero no era oficial. Así que estaba tranquila, así que esto sigue y no es algo que piense si en caso que se cancelen pues qué va a pasar. Mi cabeza y mi cuerpo están enfocados en que va a haber Olímpicos y no me voy a salir de eso.
Si este año decidieran posponerlos otra vez, ¿estaría dispuesta a esperarlos otro año?
Eso sí no lo sé.
¿De qué dependería?
Un poco la parte física, la parte de que también tengo planes personales. No sé… Lo pensaría mucho, en caso de que se pospusieran un año más tendría que hablar mucho conmigo misma.
Una deportista con sus logros, ¿cuándo sabe que está lista para decir adiós?
Yo me guío por la parte de las emociones, cuando lo sigo disfrutando, cuando me provoca la misma adrenalina el entrenar, el competir. Eso para mí es mi indicador. También sé que estoy a una distancia más corta de un retiro. Siempre he sido muy consciente de esta parte, y lo fue también en Río (2016), pero sabía que existía la posibilidad de hacer este ciclo olímpico. Pero será la franqueza conmigo misma y el estado emocional de cómo me siento para continuar. (iM-rrc)