©Lulú Ovilla
Reformar el Código Penal Federal, es lo único que acabaría con los feminicidios.
Las fugas del Código Penal Federal, no contempla los delitos de violación, pornografía, lenocinio, pederastia.
El asesinato de una mujer y por los altos niveles en los que se encuentra se ha convertido en un gran pero gran desafío legal para México, actualmente solo 19 estados del país cuentan con un tipo penal que cumple parcialmente con las características cuando se priva de la vida a una mujer por razones de género, afortunadamente Chiapas si está dentro de estas entidades federativas, aunque sin mayor relevancia.
Trece entidades federativas no cuentan con el tipo penal adecuado, todas han hecho una o dos reformas sin que esto implique una mejora en la tipificación del feminicidio, Chihuahua no reconoce el término “feminicidio” siendo esta una demanda añeja de organizaciones civiles, académicas y de familiares de las víctimas, eso sin contar que es uno de los estados más violentos del país para una mujer.
Marcela Lagarde, una de las principales impulsoras de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, desde el 2004 ha insistido en la necesidad de tipificar el feminicidio como tipo penal, no solo a nivel federal, sino que también a nivel estatal, sobre todo Chihuahua para que no sea la excepción, ya que es el estado del país donde más mujeres han sido asesinadas, los códigos penales de Nayarit y Chihuahua, ni siquiera tienen considerado el delito de feminicidio.
En el Código Penal Federal se establece que las causas que convierten un homicidio en feminicidio son siete y es suficiente con que se presente una de ellas para que sea considerado, la causa más común es que haya habido una relación, afectiva, de confianza o amorosa, sin embargo no se presenta una, se presentan miles de pruebas y las desechan por no conocer más a fondo el significado del delito de feminicidio.
Es lamentable y muy grave que aun en estos tiempos existan 12 entidades de nuestro país, que si bien tienen tipificado el delito de feminicidio, no incluyan como uno de los elementos a considerar el asesinato de una mujer como feminicidio, aun cuando exista la relación entre víctima y victimario.
La relación sentimental o afectiva que exista entre víctima y victimario debería ser considerada como una agravante, sin embargo esta es condicionada para que presenten alguna de las otras causas, para poder considerar la tipificación del feminicidio en automático.
De 30 estados, 12 de ellos, que consideran el feminicidio en su Código Penal, no establece como una de sus causas, el antecedente de violencia por parte del victimario, otra de ellas es la incomunicación que realiza el agresor a su víctima, seis estados no lo reconocen como feminicidio, siete estado no consideran las amenazas como tal.
Ante tanta impunidad, indiferencia, odio, racismo, violencia, tráfico de órganos, tráfico de trata, acoso sexual, violación, pornografía, lenocinio, pederastia, inseguridad en las calles, nace la rebeldía de las mujeres desde sus entrañas, les han matado a sus hijas y las han matado a ellas, porque el feminicidio es una muerte que asesina a toda la familia.
Entender o sentir el enojo y exigencia de las mujeres cuando gritan ¡ya basta! ¡ni una menos! el cargar las fotos de sus hijas en las marchas no es nada fácil, es revivir una y otra vez el dolor de ya no tenerlas con ellas, es un dolor indescriptible, es una perdida que sencillamente no tiene nombre, y nadie puede decir que lo siente sino lo ha vivido.
Vemos en los diferentes medios de comunicación, los comentarios llenos de desprecio, coraje e incomprensión por la actitud radical de las mujeres, aunque no comparto algunas actitudes, si las comprendo y no tendrían que llegar a esos extremos si realmente hubiera una respuesta satisfactoria a sus demandas, pero desafortunadamente, no la hay.
El aumento de los feminicidios ha adquirido dimensiones alarmantes, nada los frena, ni foros, marchas, discursos, propuestas al aire, lucimientos, mucho menos las alertas de género, el hartazgo es y será más que evidente en cada marcha, en cada grito, es un reclamo de miles y miles de madres que no han encontrado justicia ante el asesinato de sus hijas.
El crecimiento alarmante de los feminicidios ha encendido los focos rojos de la ONU, el Comité para Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, en sus últimos reportes ha informado que pese a los esfuerzos del actual gobierno, aun se requieren adoptar medidas urgentes, para prevenir, investigar y juzgar las muertes violentas y desapariciones de mujeres de nuestro país.
Quien se suma ante las constantes denuncias de los colectivos en México, es el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio en su último balance da a conocer que la mayoría de las mujeres en México han sido asesinadas de manera brutal, como golpeadas, estranguladas, asfixiadas, quemadas, envenenadas, etc., etc.
Los asesinos de mujeres las dejan en diferentes lugares y el más común es, lotes baldíos, hoteles, carreteras, lo que pone en evidencia la falta de seguridad en las calles, faltan cámaras de vigilancia, alumbrado público, pero sobre todo falta demasiada vigilancia policiaca y si el recurso es recortado en este rubro, no se podrá abatir los feminicidios.
Para combatir los feminicidios el Presidente Andrés Manuel López Obrador, ha presentado un plan para frenarlos y ha dicho en la conferencia de prensa de Palacio Nacional: queremos que el estado se ocupe de la protección de las mujeres, esto después de ser criticado duramente al eliminar los subsidios a los refugios para mujeres víctimas de maltrato y violencia.
Pero las mujeres no necesitan planes de prevención y atención, no necesitan más alertas de género, que en honor a la verdad, no están sirviendo para nada, el crecimiento alarmante de los feminicidios lo dice todo y desmiente cualquier discurso o acción que se haya tomado para erradicar el asesinato de las mujeres de nuestro país.
El 6 de marzo de este año Nadine Gasman, subrayo que al menos 66 mexicanas de cada 100 han sufrido algún tipo de violencia machista, esto quiere decir que si conocen las cifras, ha dicho que uno de los puntos fundamentales de la atención a las victimas será la instalación de nuevas casas de asistencia social, para víctimas, pero como será esto posible cuando el presupuesto ha sido recortado demasiado.
El 27 de febrero de este año Nadine Gasman, tomó protesta como la nueva Secretaria de INMUJERES, sin embargo a la fecha no hemos visto acciones claras que hayan frenado en un mínimo los feminicidios, quienes tienen a su cargo ver por la seguridad de las mujeres mexicanas dicen que, realizaran medidas de prevención enfocadas al diseño de políticas para crear “ciudades seguras”.
Las ciudades seguras consistirán en la implementación de aplicaciones móviles donde las mujeres puedan alertar sobre espacios inseguros hasta el registro del transporte público, para echar andar este proyecto se necesita de una buena planeación, porque de no tenerlo será como echar a la basura un proyecto derivado de un discurso muy bonito.
Este nuevo gobierno a través de su Secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, ha dicho que, en la parte judicial, este nuevo gobierno de la cuarta transformación, apelará a crear convenios para facilitar los procesos judiciales para evitar que los expedientes se acumulen en los tribunales, o sea, están dispuestos acabar con la burocracia.
Aunque esto no es una solución para erradicar los feminicidios, que eso debería de ser una prioridad, ayudara un poquito a desatorar los casos y poder castigar a los feminicidas, aunque si no se logra la modificación del Código Penal Federal, de nada servirá, ella es una experimentada en el conocimiento de las leyes, solo es cuestión de un poquito de interés y se habrá avanzado de manera significativa.
Las mujeres necesitamos que este nuevo gobierno donde se le ha dado mucha publicidad a la Legislatura de la Paridad de Género, se pongan a trabajar verdaderamente, ya que nos están quedando a deber demasiado, necesitamos una iniciativa de ley donde se solicite reformar el Código Penal Federal y luego sea enviado a los todos los estados para su aprobación.
Nuestro Código Penal Federal tiene demasiados huecos por donde se fugan los feminicidas, es urgente frenar a los asesinos de mujeres, leo y leo como quieren frenar a los asesinos y no me convencen que están en el camino correcto y las miles de mujeres muertas tampoco lograran justicia a su muerte si se sigue con medidas preventivas.
La intención es buena pero no ayuda y si no ayuda, se debe de cambiar de estrategia, las mujeres de la cuarta transformación quieren pasar a la historia, como la primera Legislatura que tiene en su mayoría mujeres, pues entonces que hagan algo histórico, que logren lo que no pudieron hacer gobiernos priistas ni panistas en más de 70 años en el poder, que frenen los feminicidios.
Que la apatía no sea presa fácil de este gobierno, que las mujeres realmente sean un precedente en la vida política de nuestro país, si la Suprema Corte señala que toda muerte de mujer, incluyendo los suicidios y algunos accidentes deben ser investigados con perspectiva de género, que así sea.
Que ya no exista más fugas en nuestro Código Penal Federal, para que los feminicidas no caminen por las calles libremente, Diputados y Senadores saben perfectamente donde está la respuesta correcta para frenar los feminicidios, solo es cuestión de que demuestren interés para que los cambios sean reales.
Quién tiene la bolita en las manos, el Presidente Andrés Manuel, los Diputados y Senadores, Nadine Gasman, Olga Sánchez Cordero, tiene un gran desafío y la oportunidad grandiosa de acabar con los feminicidas, la prevención es buena, pero no frena el delito, Reformar nuestro Código Penal Federal, ¡si¡.
(iM-rrc)