La Opinión de José Antonio Toriello (12 DIC)

El Desarrollo Atrapado: Descifrando la Pobreza en Chiapas

(José Antonio Toriello Elorza)

Chiapas, a pesar de su riqueza cultural y natural, enfrenta una realidad económica profundamente compleja y preocupante. La pobreza no es simplemente una cuestión de falta de recursos, sino un síntoma de un sistema económico que necesita una profunda transformación. Si bien se habla mucho de la falta de educación o de infraestructura, el problema es más sistémico y estructural.

La narrativa de la pobreza en Chiapas a menudo se reduce a un relato simplista: falta de acceso a la tierra, falta de educación, falta de inversión. Si bien estos factores son relevantes y contribuyen al problema, no explican la magnitud de la brecha económica entre Chiapas y el resto del país. La pobreza en Chiapas no es un problema aislado, sino que refleja una profunda falta de diversificación económica.

La economía se basa en la producción de bienes primarios, con un valor agregado bajo y una vulnerabilidad extrema a los cambios en los precios internacionales. No existe un desarrollo productivo capaz de generar riqueza y oportunidades de forma sostenible.

Este estancamiento económico tiene consecuencias devastadoras. Las posibilidades de movilidad social son escasas. La educación, por sí sola, no es suficiente para romper el ciclo de pobreza si el entorno económico no ofrece las oportunidades para aplicarla.

Los jóvenes, a pesar de su potencial, se ven obligados a emigrar en busca de mejores oportunidades, dejando atrás su hogar y su cultura.

La falta de desarrollo económico también se refleja en una deficiente infraestructura y en la precaria calidad de servicios públicos. Esto genera un círculo vicioso: la falta de inversión en infraestructura impide el desarrollo económico, y la falta de desarrollo económico, a su vez, impide una mayor inversión. La complejidad del problema va más allá de la simple falta de inversión pública. Es crucial abordar la falta de capacidades productivas y de competitividad a nivel local.

Para superar esta crisis, es necesaria una estrategia integral que vaya más allá de los programas asistenciales. Se requiere un cambio de paradigma que priorice la inversión en actividades económicas diversificadas, innovadoras y con un alto valor agregado.

Se necesitan políticas públicas que promuevan el desarrollo de capacidades locales, que fomenten la competitividad, y que aseguren la participación equitativa de las comunidades locales. Se precisa una estrategia que potencie las ventajas comparativas que Chiapas posee, como la enorme riqueza cultural y natural, generando oportunidades económicas que no solo mejoren la calidad de vida, sino que también fomenten la cohesión social y la justicia.

La clave reside en construir una economía chiapaneca sólida, diversificada y capaz de generar riqueza y desarrollo en todas sus comunidades. La solución al problema de la pobreza en Chiapas no está en la caridad, sino en la generación de oportunidades genuinas y el desarrollo sostenible de la economía local.

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