©Carlos Z. Cadena
A un año de administración de Carlos Morales: ¿Sigue igual o peor?.
Por más maquillada, retocada, pulida, y muy adornada, que se haya convertido el Primer informe de gobierno del Presidente Municipal de Tuxtla Gutiérrez, Carlos Morales Vázquez, y que se le haya suplicado al nuevo Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Leonel Cota Montaño, para “taparle el ojo al macho”, el tema de la inseguridad pública y la corrupción, no pudo sostenerse y cayo por sí sola, ante las embestidas en las redes sociales de ciudadanos Tuxtlecos que acusaban a Morales Vázquez de ser el peor alcalde capitalino que haya habido ante la ola peligrosa y delicada de inseguridad que se vive en Tuxtla Gutiérrez.
Ni siquiera el mayor escultor más famoso del mundo, el florentino Miguel Ángel, o el pintor genio Leonardo da Vinci, con sus obras maestras del patrimonio universal, es más hasta el propio pintor más celebre del siglo XX, el español Pablo Picasso, tendrían la capacidad para restaurar y regenerar la figura de Carlos Morales Vázquez que en un año, fue considerado por dos encuestadoras nacionales como uno de los peores alcaldes del país. En los primeros meses y los últimos de este año, las encuestadoras Caudee Estrategias y la Massive Caller, desaprobaron la labor del trabajo municipal de Morales Vázquez. Cada seis meses de este primer año de gobierno, dentro del ranking desde Baja California hasta Chiapas, fue calificado el peor Presidente municipal de México.
Un hecho inédito que se trasciende y se traslada en los señalamientos y denuncias que lleva a cabo los ciudadanos de Tuxtla Gutiérrez. Sin embargo es falacia decir que son los medios de comunicación los que forman parte de esta postal de mediocridad e insuficiencia pública de la autoridad municipal. La primera protagonista principal de preocupación e intranquilidad ciudadana fue la iglesia católica local y algunos pastores evangélicos, quienes tienen la medición popular de lo que se vive en una demarcación geográfica. La historia de “Ciudad segura”, en Tuxtla Gutiérrez, ahora es ciencia ficción y cuento de Wald Disney. Veamos:
Justamente en los primeros seis meses fue el propio Arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, Fabio Martínez Castilla, quien denunció la peligrosidad de la convivencia humana en Tuxtla Gutiérrez. En Mayo el representante católico había reconocido que “Cuando los hechos de violencia llegan al punto de costar vidas, es evidente que no hay una estrategia de seguridad “verdadera y efectiva”, advirtiendo “Tal es el caso de Tuxtla Gutiérrez, ciudad donde, sin importar la hora del día estamos viendo situaciones de violencia que están aumentando, y donde muchos de los delitos quedan impunes. Todos los días nos enteramos de sucesos que perjudican la economía local y ponen en riesgo la vida de las personas; si las autoridades no actúan pronto, crecerá el miedo entre los ciudadanos”.
Es más el Arzobispo, Martínez Castilla, ha aconsejado a los ciudadanos, que, por el momento, eviten caminar por calles obscuras y solitarias, mirar al interior de los vehículos antes de abordarlos, no dejar documentos importantes ni objetos de valor en el auto, no ir solos a los cajeros automáticos o al banco, asegurar puertas y ventanas de las viviendas, no dar ni divulgación información personal, así como llevar a la calle sólo el dinero necesario.
Pero las denuncias lo han hecho también el propio poder legislativo estatal a través de su dirigente el diputado local, Marcelo Toledo, los empresarios, Asociaciones y Colegios de profesionistas, ambulantes, jóvenes y amas de casa y hasta se han hecho marchas de periodistas en contra de la inseguridad, pero porque han sufrido en propia carne los embates de la inseguridad como robos y asaltos, escenario que tampoco habían sucedido. Pero no solamente se vino la ola de inseguridad con Morales Vázquez, y que lo confirma varías postales delictivas de asesinatos –inclusive muertes perseguidos por las calles de Tuxtla Gutiérrez- y robos bancarios, sino que se ha mostrado la falta de sensibilidad de la autoridad local, cuando se trata de un asunto de desgracia producto de la madre naturaleza, como son las lluvias que han azotado y golpeados a colonias populares, y jamás se le observa a Morales Vázquez, visitar a los damnificados, mucho menos agarrar compromisos sociales de ayuda.
La peor lectura de la insensibilidad y miopía de Morales Vázquez, que envió a los tuxtlecos, fue el haber ordenado “enrejar” y amurallar con acero, el Palacio Municipal Tuxtleco, lo que contrasta con la política de “Puertas abiertas” dela llamada Cuarta trasformación, o de la forma de gobernar del mismo Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, con sus “mañaneras” donde responde a cada una de la inquietudes y dudas que rodean a su encomienda pública. ¿ O cómo se entendería que un Presidente Municipal, lo primero que realiza en su gobierno es crear una “muralla de fierro” alrededor de donde despacha?. Un caso también extraordinario de MORENA en Tuxtla Gutiérrez. ¿Lo sabrá el Presidente de México?.
No hay otra. No se puede negar que Tuxtla Gutiérrez, es un gobierno fallido y errado. Ha incurrido en escenarios de irresponsabilidades públicas que tiene de cabeza en materia de inseguridad como nunca en la historia a los Tuxtlecos, y donde se observan cuadros de incertidumbre de la gente, proveniente de grupos empresariales, grupos sociales, núcleos estudiantiles, grupos religiosos, y en general una ciudadanía temerosa producto de la ineptitud.
El Tuxtla de “la ciudad segura”, definitivamente quedó en ciencia ficción y en un cuento de Wald Disney, por el contrario, ahora es una ciudad peligrosa y difícil, porque hasta ahora no se ha dado un dictamen policial municipal, del porque este intempestivo cambio de tranquilidad por violencia y fatalidad. Es muy cierto que la capital de Chiapas se cae en pedazos, porque también se han denunciado pillerías y corrupción por parte de los altos funcionarios del Ayuntamiento Municipal.
El talante, su modo, y la actitud del Presidente Municipal de Tuxtla Gutiérrez, Carlos Morales Vázquez, no solamente dejan mucho que desear, sino debe de preocupar no solamente a la sociedad Tuxtleca que se encuentra perturbada ante tanta incapacidad y simulación de su gobierno local, sino a la propia nomenclatura del poder de la cuarta transformación, que es la que está sufriendo los embates de esta petulancia de poder municipal, y que en el fondo es la que pierde imagen popular y hasta electoral, y además desdibuja al propio gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Tan no es de MORENA, Carlos Morales Vázquez, que sus principales funcionarios públicos son del PRI, empezando con su Secretario Municipal Francisco Javier Zorrilla Ravelo, justamente el partido que lo dio a conocer. Actualmente hay quienes opinan que lo que verdaderamente está haciendo el inquilino del Palacio Municipal de Tuxtla Gutiérrez, es “futurismo electoral”, pues la mayoría de sus colaboradores y los que llevan la batuta son integrantes de este instituto político, y grandes “mapaches electoreros”. Un plan con maña.
A un año de administración de Carlos Morales: ¿Sigue igual o peor?.
(iM-rrc)