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La presidenta del jurado recuerda el pasado de violencia sexual del director de origen polaco; Catherine Deneuve y Juliette Binoche ponen el glamur con un drama del japonés Kore-eda.
La Mostra de Venecia arrancó este ayer entre las polémicas por la participación del cineasta franco-polaco Roman Polanski, condenado por violación cometida en los años 70 en Estados Unidos. La presidenta del jurado de la sección oficial, la directora de cine argentina Lucrecia Martel, reconoció que “le incomoda” la participación en el festival veneciano del anciano cineasta polaco.
La cineasta sorprendió al anunciar en plena conferencia de prensa inaugural que no va a presenciar el estreno oficial del filme de Polanski, J’accuse (Yo acuso), programado para mañana, por lo que lo verá en una función privada. “No voy a asistir a la gala de Polanski porque represento a muchas mujeres que estamos luchando en Argentina por cuestiones como ésta, no deseo ponerme de pie y aplaudir”, declaró Martel, quien pocas horas después precisó que sus declaraciones fueron mal interpretadas.
“Como no separo la obra de su autor y reconozco la humanidad en las obras precedentes de Polanski, no tengo nada en contrario a que su filme compite”, dijo en una nota oficial. “No tengo prejuicio alguno hacia el filme y lo miraré como todos los otros en competición. Si tuviera prejuicios, renunciaría al cargo de presidenta del jurado”, adelantó.
La invitación al legendario Lido veneciano al maestro del cine franco-polaco, de 86 años, en concurso con J’accuse, sobre el caso Dreyfus, el escándalo antisemítico en Francia entre 1894 y 1906, abrió un debate sobre el artista, su obra y su propia vida.
LUMINARIAS FRANCESAS
La magia del cine y un director japonés, Hirokazu Kore-eda, han hecho coincidir por primera vez a Catherine Deneuve y Juliette Binoche, dos iconos del cine francés, en La verdad, la cinta que abrió hoy la competición oficial de la 76 Mostra de Venecia.
La primera producción europea rodada en Francia del ganador de la última Palma de Oro de Cannes enfrenta a las dos actrices en un drama madre-hija, ligero y con toques de comedia, que juega con las contradicciones entre realidad y ficción.
“Este encuentro ha tomado dimensión porque ha habido una película para ello, el cine es magia porque hace que nos encontremos”, dijo Binoche a la prensa previa a la gala inaugural, mientras que Deneuve aseguró que “ha sido una gran sorpresa tras una gran espera”.
La proyección para los periodistas fue acogida con tibieza, pero la expectación en la sala de prensa, abarrotada, era máxima y el equipo fue recibido con entusiastas aplausos. En el filme, Deneuve interpreta a Fabienne, una vieja gloria del cine, entregada a su profesión, que se aferra a la fantasía y se resiste a confrontar la realidad, incluida la complicada relación con su hija Lumir (Binoche), que vive en Nueva York y decide ir a visitarla unos días junto a su marido (Ethan Hawke) y su hija.
La protagonista de Belle de jour aseguró que el personaje no tiene nada que ver con ella: “Interpreto a una actriz pero a la vez tengo la impresión de haber hecho un trabajo de composición, porque el universo de esa actriz y su relación con su hija están muy lejos de mi”.
Binoche, por el contrario, que en la ficción es guionista de profesión, dijo ser, como Fabienne, muy obsesiva cuando actúa: “pero también cuando cocino me entrego, creo que tener un medio a través del cual expresarse es un privilegio”, dijo. Y ADEMÁS LA HISTORIA El origen de La verdad, según Kore-eda, fue un guión que escribió en 2003.
Años después, en 2011, conoció a Binoche y al transmitirle ésta su deseo de trabajar con él, lo retomó y cambió su ubicación. “Pensé que sería interesante rodar en Francia y necesitaba a actrices que representaran la historia de la industria francesa del cine”, explicó el director.
(iM-rrc)