©AM QUERÉTARO
Ya no los compran tanto para niños, se han vuelto de colección para los adultos. De esta manera pueden recordar los viejos tiempos y cómo jugaban.
Tania es una joven de diecisiete años que desde que tiene memoria vende juguetes tradicionales como parte de un legado familiar que se ha adaptado a los tiempos del plástico y la tecnología.
“Ya no los compran tanto para niños, se han vuelto de colección para los adultos. De esta manera pueden recordar los viejos tiempos y cómo jugaban”, comenta Tania.
A pesar de que las ventas han disminuido, estos juguetes han logrado permanecer en el gusto del público debido a la calidad y resistencia que proporcionan.
“Al ser de madera, si se llegan a romper se pueden reparar, no como el plástico. Además son biodegradables”, dice la joven con orgullo.
La celebración de Reyes Magos se aproxima y, sin duda, un juguete de madera siempre es una buena opción para acercar a los niños a las tradiciones y enseñarles a imaginar por medio del juego.
Asimismo, esta época es una buena oportunidad para apoyar a los comerciantes locales, quienes se han visto afectados por la pandemia causada por el SARS-CoV-2. (iM-rrc)