©TV y Novelas
- Con entereza, CÉSAR BONO cuenta la agonía que vive al estar sin movilidad en la mitad de su cuerpo.
César Bono toma 12 pastillas al día para sentirse mejor. No le gustan los hospitales. Su abuelo materno murió de cáncer en el esófago, y ese mismo músculo digestivo lo está desgastando. “Mi organismo se está muriendo. Se oye gacho, pero es la realidad”, nos dice serio y realista durante una entrevista en el foro de Televisa San Ángel donde se graba Vecinos, programa al que hace unos días volvió a las grabaciones luego de estar hospitalizado. El actor padece de una hernia hiatal de la cual no quiere ser operado, tiene problemas en el corazón y está cansado de esta lucha constante que incluye quirófanos, terapias y estudios. Por ello ya tomó la decisión de no ser intervenido quirúrgicamente y dejar listo su testamento para esperar la muerte, a la cual no le teme.
“NO QUIERO VER UN SOLO DOCTOR MÁS”
¿Cómo se encuentra luego de estar hospitalizado?
Fue sólo una falsa alarma. Tengo varios problemas de salud: una hernia en el esófago y sufrí un infarto hace 10 años. Los síntomas de ambas enfermedades son similares, porque igual se siente opresión en el pecho y dificultad para respirar. Eso me ocurrió en Televisa: mis compañeros se asustaron y me llevaron a un hospital; pese a que sabía que no era del corazón, les dije que sí para no alarmarlos. Ni modo de ponerme necio…
¿Qué le dijo el médico?
Que si no me hacían unas pruebas del corazón, de las que llaman de alto rendimiento, no me podía dar de alta. Sentí horrible en la cabeza, oídos… Finalmente no era un problema cardiaco. Mi ignorancia me llevó a quedarme un día en el hospital, porque a la otra yo mismo firmo mi responsabilidad y alta.
¿Ha pensado operarse de esa hernia?
Se puede operar, pero no lo haré, no quiero ver un solo doctor más; mis hijos se enojan, pero tengo lo doble de edad que ellos y no voy a vivir de acuerdo a lo que ellos piensen. Duele perder a los padres, pero vivir como lo hago duele más.
¿Qué hace para cuidarse?
Tomo 12 pastillas al día: para el colesterol, para mantener la sangre ligera, son unos anticoagulantes… En fin, de ese tipo. Tengo un stent (pequeña malla metálica) en una arteria del corazón. Después de que tuve problemas cerebrales, que fue cuan- do perdí la mitad de la capacidad de movilidad, me pusieron otro stent en la carótida para hacer que las venas vuelvan a su diámetro normal.
“ME HUBIERA GUSTADO MORIRME CAMINANDO”
Por ahora, ¿todo está bien?
Bien, dentro de todo; de los infartos cerebrales, que fueron muchos, estoy mejor, aunque la neuróloga no entiende cómo es que estoy vivo. Sin embargo, quedaron secuelas en las piernas. Eso fue en agosto de 2018; de allá para acá ha sido una lucha constante de terapias, medicinas, acupuntura, masajes… Me desespero por llevarme tanto tiempo en recuperar algo que perdí en segundos.
¿Cómo maneja eso emocionalmente?
He leído cosas interesantes, como que lo del esófago es gran parte emocional. Soy muy creyente, me aferro a la vida, aunque no enloquecidamente. Me hubiera gustado morirme caminando o jugando tenis, no así, sin movilidad.
¿Ya tiene testamento?
Siempre me preocupé por el futuro de mis cuatro hijos, por eso ya lo tengo desde que nació mi primera hija, aunque le he hecho modificaciones; la última, hace año y medio.
¿Les dejará todo lo que ha ganado?
Sí, ya les alcanza para que ellos salgan adelante, y nada compartido para no generar conflictos. Al notario le pedí copias del testamento para dárselas, y también a mi esposa. Así no ocurre como en una película mexicana de la época dorada, que había que juntar a la familia para leer el documento.
“SI ME TENGO QUE IR YA, ME IRÉ TRANQUILO”
¿Qué fue lo que le generó tantos problemas de salud?
Mis achaques no son por fumar ni por el alcohol. Tuvieron que ver las largas jornadas de trabajo a las que me sometía; imagínense, pasaba más de 18 horas trabajando, entre la televisión, el teatro y los cabarets.
¿Teme a la muerte?
¡No! Al contrario, pero no es que la estoy cazando. No quiero ser un peso para la familia, que me tengan que llevar a ver a un doctor y a terapias.
¿Está satisfecho con lo que ha vivido?
Me siento servido con la vida. Viví más momentos plenos de los que estaban en mi costal de expectativas. En mi carrera he sido muy feliz, con mis hijos también, mi esposa, nietos… Si me tengo que ir ya, me iré tranquilo.
¿Dejará su vida en los escenarios?
No quiero ser egoísta y morirme en el teatro ni en los foros… mucho menos en el hospital. Cuando sienta la muerte cerca, me voy a mi casita, me meto a la cama, me tapo muy bien y me voy…
“SOY UN HOMBRE DE 70 AÑOS QUE SE ESTÁ MURIENDO”
¿Por qué no escuchar a sus hijos?
Porque soy yo el que vive una agonía. Mi mano está morada de inyecciones, también mi brazo. Mi organismo se está muriendo; se oye gacho, pero es la realidad. Tengo más de 12 infartos y uno en el cerebro, no puedo decir que estoy rebosante de salud. Soy un hombre de 70 años que se está muriendo.
¿Es hombre de fe?
Sí, rezo todos los días y le digo al señor: “¡Hágase tu voluntad!”.
HIJO DE VECINO…
La semana pasada, César bono volvió Televisa San Ángel para seguir grabando Vecinos, y se mostró entusiasta con el proyecto: “Este programa, al igual que todos los demás, lo empecé con las mismas ganas, con las mismas expectativas, los mismos deseos, la misma fuerza e intensidad, pero jamás supe cuál iba a ser el resultado. Cuando mágicamente se da uno tan bueno como éste que tenemos, con 15 años al aire, llegando a ocupar el primer lugar de sintonía, eso supera las expectativas. Cuando me platicó Eugenio Derbez sobre este proyecto, no imaginé que llegaríamos a tantos años”.